Según los últimos datos de Eurostat, el déficit público español alcanzó el 6,5 % del PIB en el segundo trimestre de 2025, el segundo peor resultado de toda la Unión Europea, solo superado por Polonia.
España se sitúa por encima de Francia (–6 %), más del triple del límite europeo del 3 %, y muy lejos de países como Alemania (–1,1 %) o Portugal (+1,9 %).
El dato refleja el deterioro acelerado de las cuentas públicas, impulsado por el aumento del gasto corriente, el crecimiento del empleo público y las Transferencias Corrientes a la Seguridad Social para poder pagar pensiones.
Mientras Bruselas exige ajustes fiscales, el Gobierno español mantiene un ritmo de gasto insostenible, y los números confirman lo que ya anticipaban los analistas: el déficit español es estructural y ya no depende del ciclo económico.
España vuelve a situarse a la cabeza de Europa en desequilibrio presupuestario, con un modelo que cada vez se parece más al de los países con problemas crónicos de deuda.