La Bolsa de Nueva York inició hoy la semana con paso firme y se percibió un tono más positivo que en las últimas siete sesiones, a pesar incluso de más signos de que se ralentiza la actividad económica en Estados Unidos.
Los inversores regresaron de un fin de semana más largo de lo habitual, debido a la festividad del Día de la Independencia en Estados Unidos, con un renovado ímpetu comprador y dispuestos a aprovechar los bajos precios de numerosos valores bursátiles después de una semana digna de pasar al olvido.
Sin embargo, la euforia de los primeros momentos comenzó a desvanecerse a medida que avanzaba la jornada y el mercado evaluaba más datos relacionados con la actividad económica en Estados Unidos, que de nuevo resultaron más desfavorables de lo que se preveía.
El índice de actividad en el sector de los servicios, que elabora el Instituto de Gestión de Suministros (ISM, por su siglas en inglés), descendió el pasado mes a 53,8 puntos, frente a los 55,4 puntos de mayo y a los 55 puntos que esperaban los economistas.
A pesar del retroceso, ese sector de la economía se ha mantenido en una senda de crecimiento por sexto mes consecutivo, como lo refleja el que el índice permanezca sobre 50 puntos, aunque se contrajo el empleo, frente al avance que se dio en mayo.
El director del comité del ISM encargado del sondeo, Anthony Nieves, manifestó al difundirse los datos que los comentarios entre los ejecutivos encuestados fueron en su mayoría positivos en cuanto a las condiciones de negocio, «sin embargo hay preocupación acerca del efecto del empleo en la recuperación económica».
Esa misma inquietud quedó patente el pasado viernes, después de que el informe del Departamento de Trabajo relativo a junio reflejase una pérdida neta de 125.000 empleos, más de lo que se esperaba, y un aumento de la ocupación en el sector privado inferior a lo que se preveía.
Los inversores no contarán esta semana con muchas más referencias puntuales relacionadas con la actividad económica o el empleo, por lo que estarán bien atentos a las cifras de ventas en junio que difundirán el jueves algunas de las principales cadenas minoristas de EE.UU., para calibrar el ánimo comprador de los consumidores.
A partir de la próxima semana, la atención del mercado girará hacia los resultados trimestrales que comenzarán a difundir las grandes empresas estadounidenses, así como a sus perspectivas de negocio para la segunda mitad de este año.
La tendencia positiva en Wall Street, fue en esta ocasión en paralelo a la jornada alcista que también tuvieron las principales bolsas europeas, asiáticas y latinoamericanas.
Microsoft (2,36%) se situó a la cabeza del grupo mayoritario de empresas incluidas en el Dow que tuvieron una jornada favorable, seguida del productor de aluminio Alcoa (2,1%).
También se revalorizan con fuerza las acciones de Bank of America (1,59%), Exxon Mobil (1,57%), Intel (1,56%) Kraft (1,55%), JPMorgan (1,4%), IBM (1,31%) y Merck (1,26%), entre otros componentes de ese índice.
Siete de las treinta empresas que forman el Dow cerraron en cambio en negativo y las pérdidas más agudas se las anotó la compañía Home Depot, la mayor del mundo de equipamiento para reformas en el hogar, cuyas acciones bajaron el 1,51%.
Los títulos de Boeing (-0,94%), Verizon (-0,75%), American Express (-0,53%), Procter& Gamble (-0,07%), McDonald’s (-0,05%) y DuPont (-0,03%) cerraron también a un precio más barato que en la sesión previa.
El barril de crudo de Texas para entrega en agosto se depreció el 0,22% y finalizó a 71,98 dólares en el mercado neoyorquino del petróleo, el nivel más bajo en un mes.
El euro se fortaleció frente a la divisa estadounidense y por esa divisa europea se pagaban 1,2621 dólares al cierre del mercado bursátil, comparado con 1,2540 dólares en la jornada anterior.
La deuda pública estadounidense a diez años subía de precio, para ofrecer una rentabilidad del 2,93%.
