Los inversores de Wall Street no pudieron ocultar hoy su decepción ante datos que sugieren una recuperación más débil de la economía en Estados Unidos, Europa y Asia, y buscaron refugio en valores que, como el dólar o la deuda pública estadounidense, consideran más seguros.
El mercado bursátil neoyorquino se sumó así a la fuerte jornada bajista que tuvieron también las principales bolsas mundiales, y sus principales indicadores acumularon de nuevo pérdidas anuales.
En el caso del Dow, el descenso desde comienzos de este año es de un 0,47%, en tanto que el selectivo S&P 500 ha bajado el 2,3% y el mercado Nasdaq ha perdido el 2,67%.
Los inversores habían afrontado el martes con aplomo el análisis desalentador que hizo la Reserva Federal de la marcha de la economía y de sus perspectivas a corto plazo, que le ha obligado a poner en marcha algunas medidas que ayuden a estimular el crecimiento.
Los principales indicadores de Wall Street lograron cerrar ese día la sesión con moderados descensos, pero la corriente vendedora se intensificó hoy ante la contundencia de más datos desfavorables.
Entre ellos, el incremento de un 18,8% en el déficit comercial de Estados Unidos, hasta 49.900 millones de dólares, lo que representa el nivel más elevado de los últimos 20 meses y una cifra muy superior a los 42.500 millones que preveían los analistas.
Esos datos del Departamento de Comercio, que se conocían antes de comenzar la jornada de negocios, avivaron de nuevo los temores sobre el ritmo de recuperación de la economía estadounidense y contribuyeron a que Wall Street abriera ya con una fuerte corriente vendedora.
La tendencia bajista iba en paralelo a la jornada negativa que tenían también los mercados europeos y que vivieron igualmente los asiáticos unas horas antes, afectados por datos que apuntan a una desaceleración de la actividad en China y Japón.
Además, el Banco de Inglaterra revisó a la baja sus previsiones de crecimiento de la economía británica en 2011, que ahora calcula será de un 2,5% frente a un avance del 3,4% que calculaba en mayo.
El índice Dow Jones de Industriales cerró finalmente la sesión con un descenso del 2,49% (-265,42 puntos) y se situó en 10.378,83 unidades, al tiempo que el selectivo S&P 500 bajó el 2,82% (-31,59 puntos), a 1.089,47 puntos.
El índice compuesto del mercado Nasdaq cedió el 3,01% (-68.54 puntos) y retrocedió hasta 2.208,63 unidades.
La divisa estadounidense se fortaleció ante el euro y por esa moneda europea se pagaban 1,2883 dólares al cierre de la sesión bursátil, comparado con los 1,3184 dólares el martes, al tiempo que la deuda pública de EE.UU. a diez años subía de precio y ofrecía una rentabilidad del 2,69%.
Los treinta componentes del Dow cerraron con pérdidas y fueron más agudas en el caso del productor de aluminio Alcoa, cuyas acciones se depreciaron el 6,08%.
Otras empresas incluidas en ese índice y que, al igual que Alcoa, dependen en gran medida de la marcha de la economía a nivel mundial, registraron también notables descensos, como es el caso de Boeing (-4,4%) y Caterpillar (-3,79%).
Hewlett-Packard (-3,69%), JPMorgan Chase (-3,57%), 3M (-3,46%), Pfizer (-3,44%), General Electric (-3,38%) y Bank of America (-3,23%) se incluyeron también en el grupo de componentes del Dow que tuvieron una jornada más desapacible.
El barril de crudo de Texas para septiembre se depreció el 2,78%, o 2,23 dólares, y cerró a 78,02 dólares en el mercado neoyorquino del petróleo.
En la próxima jornada se divulgarán más datos relacionados con el desempleo en EE.UU., en este caso de peticiones nuevas de ayudas después de la pérdida de un puesto de trabajo, y se prevé una cifra de en torno a 460.000 peticiones en la pasada semana, una cantidad algo inferior a la que se calculó en la anterior.
