Una posible intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la resolución de los problemas de la economía lusa representaría para Portugal «una pérdida de prestigio y de dignidad», según afirmó el primer ministro portugués, José Sócrates, en una convención del Partido Socialista luso, donde volvió a rechazar que su país necesite un rescate, a pesar de que los intereses de su deuda a diez años se mueven en niveles récord desde la introducción del euro.
«Si interviene el FMI, el país perdería su prestigio y también perdería su dignidad al presentarse ante el mundo como un país incapaz de resolver sus problemas», señaló Sócrates en declaraciones a la agencia Lusa.
No obstante, el primer ministro portugués reiteró su rechazo a la posibilidad de un rescate del país, a pesar de que la incertidumbre se ha incrementado en las últimas jornadas. «Portugal no necesitará ayuda externa ni nada más al margen de la confianza de los portugueses», añadió.
«Cuando escucho a líderes de la oposición decir que el FMI vendrá tarde o temprano, que es inevitable la ayuda exterior a nuestro país, quiero decirles con franqueza que hay límites para todo, porque creo que en la actualidad la responsabilidad de cualquier líder político es la confianza del pueblo portugués y la confianza en su país «, dijo.
Las presiones sobre la deuda portuguesa se han recrudecido en las últimas jornadas, especialmente después de que la agencia Moody’s recortara ayer en tres escalones la nota de solvencia de Grecia y ante la incertidumbre sobre las condiciones que finalmente sean pactadas por los líderes europeos de cara a establecer un mecanismo de rescate permanente a partir de 2013.
De este modo, los intereses de la deuda portuguesa a diez años alcanzaban un máximo intradiario del 7,661%, mientras que el diferencial de la deuda lusa respecto al ‘bund’ alemán se situaba en 445 puntos básicos.
Asimismo, el coste de la deuda lusa para plazos más cortos también registraba fuertes incrementos, que en el caso de los bonos a tres años situaba los intereses en el 6,8% y en el de los bonos a cinco años escalaba hasta el 7,645%.
