La volatilidad campa de nuevo a sus anchas por el Viejo Continente. Grecia amaga con salirse del euro, algunos socios apuntan a Italia como el siguiente país que necesitará asistencia financiera de sus socios y la articulación de la inyección de dinero público europeo a la banca española sigue despertando dudas.
Ese cóctel ha disparado la rentabilidad del bono español a diez años por encima del 6,8%, su máximo desde la creación del euro. Solo hacia el final de la jornada logró bajar hasta el 6,7%.
Fue al principio de la sesión cuando se disparó hasta el 6,83%, frente al 6,50% que exigían los inversores a España un día antes para comprar esos títulos de deuda pública a diez años.
Así las cosas, la prima de riesgo del país, diferencial entre lo que paga España por su bono y lo que ofrece Alemania, referente de solvencia, se elevó de nuevo por encima de los 540 puntos básicos y cerró finalmente en 529, frente a los 518 puntos de la apertura.
Ni la petición del Gobierno de Mariano Rajoy a Bruselas de una línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros para sanear el mapa bancario del país, que estaba minando la confianza en España, parece haber tenido un efecto balsámico evidente.
A la espera de Grecia
Y quizá no lo tenga hasta que Grecia resuelva su futuro político y, por lo tanto, dentro de la Unión Europea, según los analistas.
Los mercados están pendientes de las elecciones griegasde este domingo, en las que podrían vencer las formaciones políticas menos europeístas y opuestas a las condiciones del rescate, lo que alimentaría aún más los rumores de una salida de Atenas de la moneda única, para la cual la Comisión Europea ya se estaría preparando, según algunas informaciones.
Austria echó leña al fuego. La ministra austriaca de Finanzas, Maria Fekter, aseguró que Italia podría necesitar también un rescate de la UE debido a sus altos costes de financiación, extremo que negó el primer ministro italiano, Mario Monti.
En las últimas jornadas, la prima de riesgo de ese país se ha disparado desde los 440 a los 475 puntos básicos.
De esas incertidumbres, esta volatilidad. Aunque la sensación es más bien de calma tensa. Como la que se ha respirado este martes en la Bolsa española.
El Ibex abrió el día sin tendencia, completamente plano, repuntó un 0,35%, luego se vino abajo (- 1%) y se enfrió a última hora hasta cerrar con una tímida subida del 0,09%.