Los niveles medios de impago soportados por las empresas españolas en se redujeron un 35% en 2014, aunque siguen por encima de los niveles previos a 2007, según un índice sobre incumplimiento elaborado por Crédito y Caución.
Aunque los niveles de impago del mercado doméstico siguen superando los que se registraban al cierre de 2007, esta evolución consolida dos años de mejoría de este indicador. Según Crédito y Caución, la evolución del índice refleja las tensiones de la crisis en la economía, puesto que tras mostrar los primeros síntomas de empeoramiento en 2007 y reflejar la magnitud de la ola de impagos de 2008, el indicador ha mostrado un comportamiento de «dientes de sierra» con una mejora en 2009 y 2010, un empeoramiento en 2011 y 2012 y nueva mejoría en 2013 y 2014. Para 2015, se espera que mantenga esa mejoría «suave», aunque la respuesta final dependerá, en gran medida, de las condiciones que se den en la economía española, ya que la salida de a crisis se ha producido en un entorno global «complejo». A su parecer, la devaluación del euro y la caída del precio del petróleo generan un entorno de oportunidades en 2015 para el sector exterior, pero también se mantienen algunas incertidumbres como la situación en Grecia o el riesgo de deflación y el estancamiento secular en la zona euro. En este contexto, el desempeño económico mundial muestra un crecimiento inferior al esperado y las insolvencias permanecen altas, por encima de los niveles previos a la crisis, en prácticamente todos los mercados. Aunque la recuperación económica se mantiene en Estados Unidos y Reino Unido, los desequilibrios estructurales persistentes y la baja inflación han frenado el crecimiento de la zona euro y ponen de relieve la «fragilidad» de su recuperación económica. Así, el entorno de negocio que afrontan las empresas españolas sigue siendo «muy complejo» y la iliquidez continúa siendo el principal detonante de los problemas de pago y los niveles de insolvencia judicial, que reflejan las dificultades de muchas empresas para seguir reestructurándose ante la complejidad de la realidad económica, siguen en cifras muy superiores a sus niveles históricos.
