Los accionistas mayoritarios de Banca Privada de Andorra (BPA), los hermanos Higini y Ramón Cierco, han lamentado este miércoles la decisión de la Agencia Estatal de Resolución de Entidades Bancarias (AREB) de crear el llamado ‘banco bueno’ sin haber mantenido un diálogo previo y han advertido de que se reservan el derecho de emprender las medidas legales oportunas.
Según han explicado en un comunicado, el plan que ha propuesto la AREB «no fija una hoja de ruta clara e inequívoca» y «solo genera más interrogantes sobre lo que puede pasar en las próximas semanas y meses». Además, advierten de que no aclara cuáles son los criterios utilizados para elegir los activos que son «aptos» para formar parte de ese banco bueno. Los accionistas están convencidos de que «determinados preceptos de la Ley 8/2015, de 2 de abril, de medidas urgentes para implantar mecanismos de reestructuración de entidades bancarias (Ley 8/2015), que serían de aplicación para la realización del plan proyectado por el AREB, son contrarios a la Constitución». Por ello, han avanzado que «igual que se hizo ante la apertura por parte de la AREB del proceso de resolución del banco», los accionistas mayoritarios se reservan el derecho de emprender las acciones legales que crean oportunas. DIALOGO URGENTEA su juicio, la Agencia de Resolución de Entidades Bancarias no ha tenido en cuenta al conjunto de accionistas de BPA a la hora de tomar una decisión sobre la entidad, cuando sí ha escuchado otros agentes implicados en la crisis.
«Ni la AREB ni ningún otro organismo implicado en las actuaciones derivadas de la nota de la FinCEN del 10 de marzo han querido mantener ningún contacto oficial con los accionistas principales», han indicado. Desde su punto de vista, esta actitud «contrasta con el hecho de que los accionistas mayoritarios de la entidad han hecho las demandas formales oportunas dirigidas a poder mantener conversaciones con la agencia que tutela el proceso y que, por ahora, no ha aceptado ningún encuentro incluso después de que el Gobierno les indicara la posibilidad de llevarlo a cabo». En este contexto, los hermanos Cierco consideran «absolutamente necesario» que antes de la formalización de cualquier actuación «irreversible», como podría ser la segregación de activos y «una especie de nacionalización de los mismos», se abra un proceso de diálogo entre las instituciones implicadas en la dirección de la gestión del denominado ‘caso BPA’, los empleados y la propiedad de la entidad. «Este diálogo debe estar encaminado, siempre, a encontrar la mejor solución al conflicto para todos los intervinientes: administración, trabajadores, clientes-depositarios y accionistas», han reclamado.
