La agencia de calificación crediticia Moody’s considera que el crecimiento económico global en los próximos dos años será «mediocre», ya que la ralentización de China y otros mercados emergentes sigue lastrando la economía global.
«Un crecimiento global débil no apoyará una reducción significativa de la deuda pública ni permitirá a los bancos centrales elevar los tipos de interés de forma marcada», afirmó la vicepresidenta senior de política crediticia, Marie Diron.
En este sentido, Diron advirtió de que las autoridades carecen de grandes reservas de política monetaria convencional y fiscales para proteger a sus economías de posibles «shocks».
En su último informe sobre la economía global, Moody’s prevé que el PIB del G-20 crezca de media un 2,8% en el periodo comprendido entre 2015 y 2017, sólo tres décimas más que entre 2012 y 2014 y por debajo de su media de 3,8% de los cinco años previos a la crisis.
En concreto, la agencia, que mantiene unas previsiones similares a las que recogía su informe de agosto, estima que el PIB del G-20 acelerará lentamente su crecimiento desde el 2,6% de 2015 al 2,8% en 2016 y el 3% en 2017.
Asimismo, añade que la contribución de los mercados emergentes al PIB del G-20 entre 2015 y 2017 caerá a su nivel más bajo desde principios de la década pasada, ya que la combinación de unos precios de las materias primas «persistentemente bajos» y el débil crecimiento global mantendrá las presiones deflacionarias, lastrando los ingresos y frustrando los intentos de desapalancamiento.
PRINCIPALES RIESGOS ECONOMICOS.
Moody’s subraya que los principales riesgos para la perspectiva económica son un menor crecimiento del previsto de la economía global por la ralentización de China y un mayor impacto de las complicadas condiciones de financiación externas y domésticas en otros mercados emergentes.
«Los efectos directos en la economía global de estos potenciales riesgos serían probablemente limitados. Sin embargo, las economías avanzadas serían incapaces de hacer mucho más para apuntalar el crecimiento global, dado el limitado margen de obra en política fiscal y monetaria y el elevado endeudamiento de varios sectores y países», añadió Diron.
Respecto a China, Moody’s prevé que el crecimiento del PIB caída por debajo del 7% en 2015, al 6,3% en 2016 y al 6,1% en 2017. En opinión de la agencia, la ralentización gradual de la economía refleja el vínculo entre nuevas reformas para reducir la dependencia del crédito y la inversión y el riesgo de poner en peligro la estabilidad social y el empleo.
Asimismo, añade que los precios de la materias primas es «improbable» que aumenten «significativamente» en los próximos años, ya que los grandes inventarios, una respuesta más lenta del lado de la oferta y la débil demanda de China y otros países importadores importantes seguirán pesando en los precios.
Moody’s, que no espera un significativo incremento de los precios de las materias primas energéticas, de metales y de minería en los próximos dos años, cree que los efectos de estos menores precios en los países productores de materias primas se trasladará a otros sectores como la cadena de suministro o los ingresos de los hogares.
Asimismo, varios factores propios de cada país también contribuirán a un menor crecimiento en los mercados emergentes y llevar a los inversores a revisar sus perspectivas de crecimiento y beneficios en algunos países. En concreto, cree que la incertidumbre política será un factor negativo para Rusia y Brasil y la escasez de infraestructuras lastrará el crecimiento en Sudáfrica.
Por otro lado, señala que el lento crecimiento de los mercados emergentes no frenará el crecimiento de los países avanzados, cuya perspectiva económica se verá probablemente apoyada por una mayor política monetaria acomodaticia en los próximos años.
