El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha asegurado este martes que la extensión a cuatro años de la exención de cotización a la Seguridad Social para los primeros 500 euros de salario en contratos indefinidos busca «reducir la brecha» y conseguir que la temporalidad se vaya reduciendo.
Luis de Guindos, quien ha protagonizado un desayuno informativo en la localidad vallisoletana de Arroyo de la Encomienda, ha asegurado que esta medida anunciada ayer en una entrevista por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, es una de las que conforma el programa electoral del PP, de las que se irán anunciando más, y que busca, entre otras cosas, acabar con la temporalidad, situación laboral en la que se encuentra ahora el 27 por ciento de los asalariados. La crisis se «ha cebado» con quienes tienen contratos temporales, «fundamentalmente» los jóvenes, por lo que esta medida anunciada ayer se dirige a fomentar los contratos indefinidos para reducir así «la brecha» y conseguir que la temporalidad «se vaya reduciendo». Tras precisar que la última Encuesta de Población Activa (EPA) reflejaba creación de empleo a tiempo completo y reconocer que no tiene «nada» contra la contratación a tiempo parcial, que «no tiene por qué ser negativa» en colectivos como el de estudiantes o en el ámbito de la formación dual, el ministro ha vinculado el «muchísimo incremento de horas trabajadas en España» a la extensión de la contratación a tiempo completo. A esta medida ha sumado otras dirigidas a pymes, que se encuentran en una «escala inferior» a la de otros países europeos, y a autónomos, sector en el que ya se han puesto en marcha iniciativas a las que se añadirán otras «importantes» en el programa electoral. Convencido de que la sociedad española «no se deja llevar por los cantos de sirena», Luis de Guindos ha asegurado que el «cruce de caminos» que se abre con los comicios del próximo 20 de diciembre «está ahí» y que si de él sale un gobierno percibido como «fuerte y estable», el año 2016 «puede ser mucho mejor», punto en el que se ha referido a la prima de riesgo, situada en la actualidad por encima de los 100 puntos básicos y que podría bajar 30 y 40 puntos básicos. Si a eso se suma el «tirón» de las inversiones en España y la «confianza notabilísima» en el país, el año que viene «podría ser bastante mejor que éste», según De Guindos, quien no obstante y en la misma línea ha advertido de que está pendiente la negociación de la renovación de crédito nuevo por importe de 400.000 millones euros. Por ello, ha asegurado, si «en un momento determinado», se percibe que la política económica «no es la adecuada» y la implementación de medidas «no es correcta», las condiciones de esos créditos se verían empeoradas en coste y plazos «y eso con rapidez asombrosa se trasladaría al crecimiento económico y a la creación de empleo». SABOR «AGRIDULCE». El ministro ha confesado tener «sabor agridulce» al final de la legislatura por lo «avanzado» en los últimos cuatro años, lo que hace «perfectamente factible» tener cuatro o cinco años de crecimiento y crear dos millones de puestos de trabajo, así como por la necesidad de ser conscientes de las «debilidades» del país, que tiene vulnerabilidades en los ámbitos laboral –«lo peor que nos puede pasar es ser autocomplacientes por el problema del paro»–, y de endeudamiento. Por ello, ha apelado a la «madurez e inteligencia» de los españoles a la hora de votar conociendo cuál era la situación hace cuatro años, cuando llegó a La Moncloa Mariano Rajoy, el presidente «que más difícil lo ha tenido». A su juicio, no ha habido «ningún gobierno en la historia de España» que haya reducido el déficit público «en más del 4%», que haya «saneado» el sistema bancario, generado empleo «como en los dos últimos años» y «estabilizado una crisis tan intensa», además de haber modificado el modelo de crecimiento. En este punto, ha puntualizado que la construcción ya no es la fuente de crecimiento y sí lo son las exportaciones, que experimentan un «tirón fortísimo», el crecimiento moderado al alza del consumo «por la mejora de la confianza de las familias» y el equilibrio de inflación y balanza de pagos, lo que es «novedoso», a lo que ha sumado la capacidad del país de crear empleo por debajo del uno por ciento cuando siempre se vinculó esta tendencia a un ritmo del dos por ciento. En su opinión, los últimos cuatro años muestran «un comportamiento muy diferente» de la economía española, tras lo que ha destacado que detrás de la recuperación económica está la competitividad. «Somos foco de atención de los inversores internacionales porque somos competitivos y merece la pena invertir aquí», ha considerado. «Estuvimos cerquísima, cerquísima de la intervención… y eso hubiera sido tremendo para España», ha recordado De Guindos, quien ha calificado de «absolutamente acertada» la decisión de Rajoy de no pedir el rescate, que para la «autoestima» de España hubiera conllevado «un daño irreparable» en un escenario de «tensiones territoriales y corrupción». De Guindos, quien ha reconocido el «honor y el privilegio» que para él ha sido estar en el Gobierno liderado por Rajoy, ha apostado por continuar reduciendo el déficit público, por bajar el IRPF y el Impuesto de Sociedades, pero no el IVA, «que está en estos momentos armonizado con Europa»; por liberalizar el mercado de bienes y servicios, de los que se exportan mensualmente más de 25.000 millones de euros de mercancías sin incluir el turismo; por la mejora de las políticas activas de empleo o por la rebaja de la fiscalidad sobre el factor trabajo. «Ahora los mercados pagan al Tesoro español por prestarle. Si me lo hubieran dicho cuando no dormía antes de una subasta, no me lo hubiera creído», ha confesado antes de vincular el flujo del crédito a la percepción de España como país «solvente», pese a que el país necesita continuar «desapalancándose».
