El desplome de la bolsas chinas fuerza un cierre prematuro y siembra la incertidumbre entre los inversores

Las bolsas chinas se vieron forzadas a cerrar por anticipado la sesión de este lunes, la primera de 2016, al entrar en vigor la nueva normativa de ‘cortocircuitos’ (‘circuit breakers’) que obliga a suspender la actividad en caso de que las caídas del índice de referencia superen el umbral del 7%.

En concreto, el selectivo CSI300, índice que agrupa las mayores compañías cotizadas en las bolsas de Shanghai y Shenzen, dio por terminada la sesión hora y media antes del cierre habitual cuando cedía un 7,02%, situándose en 3.470,41 puntos.

Por su parte, el selectivo de la Bolsa de Shanghai registraba entonces una caída del 6,87%, hasta cotizar en los 3.296,26 puntos básicos, mientras que el índice de referencia de la Bolsa de Shenzen perdía un 8,22%, hasta situarse en 11.626,04 puntos.

El nuevo mecanismo de ‘cortocircuito’ en vigor en las bolsas chinas desde el 1 de enero de 2016, suspende automáticamente la negociación de acciones y futuros sobre los índices de las bolsas de Shanghai y Shenzhen durante 15 minutos en caso de que el índice compuesto CSI300 registre una caída de al menos el 5%, mientras que si la caída alcanza el 7% se dará por finalizada la negociación durante el resto de la sesión.

Sobre la situación en el mercado chino, Javier Santacruz Cano, economista y profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), además de socio fundador de China Capital, explicó a Europa Press que la caída de la bolsa china se ha visto acentuada porque más del 50% de los valores cotizados pertenecen a los sectores industrial, agrícola y minero, lastrados por el mal dato del PMI manufacturero, que bajó a 48,2 puntos en diciembre, frente a los 48,6 de noviembre.

Una lectura del índice PMI manufacturero superior a 50 puntos implica crecimiento de la actividad en el sector, mientras que un resultado inferior a este umbral supone contracción.

Sobre la convulsa sesión de este lunes en China, Javier Santacruz considera que lo que han hecho las autoridades chinas «es una medida bastante errónea que busca controlar la volatilidad colocando máximos y mínimos en los índices», aunque a su juicio la respuesta de Pekín puede resultar como «matar moscas a cañonazos» al introducir una incertidumbre que no está justificada.

«Con un índice en el que el mayor peso de manera significativa corresponde a sectores manufactureros, agrícola e industrial es lógico que la bolsa haya caído, pero lo que no es normal es el método empleado para controlar la volatilidad, porque introduces más incertidumbre», añade el experto.

Por su parte, Jaime Díez, analista de XTB, señala que un dato manufacturero de China por debajo de las expectativas, sumado a que en breve se levantarán algunas de las restricciones impuestas el pasado verano a la venta de activos por parte de una serie de entidades chinas, además del mal cierre bursátil de 2015 a nivel global «todo ello ha desencadenado numerosas ventas, momentos de pánico e iliquidez».

«Por último, si añadimos ese freno de emergencia, cuando la caída ha alcanzado el 7% se ha cerrado el mercado. Posiblemente si se hubiera dejado continuar la caída habría sido inferior al 7%», añade el experto.

«Uno de los problemas de este sistema es que no permite la recuperación intradía e interrumpe la sesión en el pico de pánico», subraya Díez, quien personalmente se muestra mucho más partidario de un sistema como el español, donde la subasta de volatilidad evita tener que echar el cierre.

Por su parte, Matthew Sutherland, director de gestión de producto de Fidelity en Asia, coincide en atribuir la causa de las pérdidas en los mercados chinos a los débiles datos de la encuesta de producción publicada durante el fin de semana, así como a un yuan que se debilita y la posibilidad de que muy pronto se ponga punto y final a la prohibición de que los grandes accionistas vendan sus valores.

«Probablemente los mercados de renta variable sean volátiles este año, es mejor acostumbrarse. Es importante que los inversores no entren en pánico en los días débiles y mantengan un enfoque tranquilo y disciplinado en sus inversiones, algo particularmente importante en el caso de China», recomienda Sutherland.

UN SUSTO.

En cuanto a las consecuencias de la negativa sesión de este lunes en China, cuyos efectos se han sentido a lo largo y ancho de todo el mundo en forma de significativos descensos, Javier Santacruz confía en que las autoridades chinas se darán cuenta del error y lo enmendarán, introduciendo probablemente medidas como las restricciones de cortos.

No obstante, el experto se muestra particularmente crítico con la actuación de Pekín, subrayando que «cuando las autoridades quieren dar marcha atrás eso no es neutro en el mercado y cualquier paso en falso tiene consecuencias y causa más desconcierto, dando sensación de que hay algo más grave de lo que es».

«Esto es un susto tras un mal dato de actividad del sector manufacturero al que no habría que dar más vueltas, combinado con la volatilidad del petróleo», señala Santacruz, quien advierte de que «nos enfrentamos a un arranque de año muy volátil» y en la Bolsa China falta experiencia a la hora de afrontar la volatilidad.

Por su parte, Jaime Díez, de XTB, apunta que la jornada de fuertes descensos en las bolsas chinas y su contagio a mercados en el Viejo Continente y EEUU puede sugerir que existe «algo de miedo», puesto que ante tanta incertidumbre «los inversores pueden estar tentados de mantenerse fuera del mercado».

A su vez, Matthew Sutherland subraya que es más importante la calidad del crecimiento de China que el hecho de que se esté ralentizando y considera que «las dificultades están más que descontadas en las valoraciones baratas».

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