El impacto de los productos falsificados y pirateados supone ya el 2,5% del comercio mundial

El comercio de productos falsificados y pirateados tiene un impacto económico de 85.000 millones de euros en la Unión Europea (UE), lo que supone el 5% de todas las importaciones, y de 338.000 millones de euros a nivel mundial, el 2,5% del total del comercio mundial, según un informe sobre el impacto de este tipo de comercio publicado este lunes por la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo) y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

Los 338.000 millones de impacto a nivel mundial equivalen al PIB de Austria, o a la suma de los PIB de Irlanda y la República Checa, lo que según el estudio pone de manifiesto que los titulares de derechos, los gobiernos y la economía formal en su conjunto «pueden sufrir pérdidas económicas y sociales significativas», y refleja el poder financiero de las redes delictivas que hay detrás de este tipo de comercio.

En lo que respecta a la UE, en 2013 las importaciones de productos falsificados y pirateados ascendieron hasta el 5% de las importaciones, es decir, 116.000 millones de dólares (85.000 millones de euros).

Según el informe, este volumen implica que el impacto relativo de la falsificación es dos veces mayor para un grupo de países desarrollados, como la UE, que para el mundo en conjunto. Además, el alcance del fenómeno es «aparentemente mayor que hace una década».

Un estudio de la OCDE realizado en 2008 estimaba que los artículos falsificados y pirateados equivalían hasta el 1,9 % de las importaciones mundiales, es decir, 200.000 millones de dólares (176.000 millones de euros), basándose en métodos más limitados y los mejores datos disponibles entonces.

TODOS LOS SEGMENTOS «EN EL PUNTO DE MIRA».

En el contexto actual de reactivación del comercio internacional y la economía abierta y global, los falsificadores y los delincuentes «no carecen de oportunidades». De hecho, el estudio advierte de que todos los segmentos del mercado «están en el punto de mira».

«Los falsificadores y los piratas aumentan al máximo sus beneficios abarcando todos los segmentos posibles del mercado, es decir, los mercados secundarios, en los que los consumidores compran voluntariamente a los delincuentes productos que infringen la propiedad intelectual, y los mercados primarios, en los que los compradores son objeto de engaño, ya que piensan que los artículos que compran son legítimos», explica.

Igualmente, señala que a la mayoría de las marcas les afectan las falsificaciones. Aunque muchas de ellas son de los países de la OCDE, China también se encuentra entre las afectadas.

Un análisis detallado de los datos sobre las marcas, junto con información sobre el registro de los titulares de los derechos de la propiedad intelectual vulnerados, indica que la mayoría de los productos que son objeto de falsificación están registrados en países de la OCDE, en particular, los Estados Unidos, Italia, Francia, Suiza, Japón,
Alemania, el Reino Unido y Luxemburgo.

EN ECONOMIAS DESARROLLADAS Y EN EMERGENTES.

No obstante, en las economías emergentes se observa también un aumento de titulares de derechos registrados. «Todas las empresas innovadoras cuya estrategia de desarrollo mundial se base en los derechos de propiedad intelectual están en situación de riesgo, ya se encuentren en economías desarrolladas o en economías emergentes en fase de crecimiento rápido», advierte.

En cuanto a las rutas de comercialización de los productos falsificados y pirateados son complejas y pueden variar con facilidad, incluidos los puntos de tránsito intermedios. No obstante, entre los puntos de tránsito intermedios importantes se encuentran Hong Kong, China o Singapur.

A su vez, la proporción de los envíos pequeños, fundamentalmente por correo o servicios de envío urgente, sigue en aumento. Esta tendencia se debe a la disminución de los costes de estos tipos de transporte y a la creciente importancia de Internet y el comercio electrónico en el
comercio internacional.

Para poner freno a esta comercialización de productos falsificados y pirateados, el informe señala que se requieren más investigaciones para abordar el desafío, de modo que los países puedan diseñar políticas y soluciones para que se cumpla la ley, tanto de forma individual como en cooperación.

En este sentido, apunta que los resultados actuales se basan en
observaciones de las mercancías incautadas por los servicios de aduanas, por lo que no incluyen productos falsificados y pirateados de fabricación y consumo nacional, ni productos digitales pirateados en Internet, los cuales requieren análisis complementarios.

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