BBVA ve «factible» cumplir el déficit del 3,6% este año con el recorte de 2.000 millones y alguna medida más

El economista jefe de Economías Desarrolladas de BBVA Research, Rafael Doménech, ha afirmado este martes que es «factible» cumplir el nuevo objetivo de déficit del 3,6% para este año anunciado por el Gobierno, siempre que se lleve a cabo el recorte de 2.000 millones de euros en gasto público anunciado por el Ejecutivo y alguna medida adicional «bastante reducida».

Así lo ha señalado durante su intervención en el en el XXIX Curso de Economía para Periodistas de Información Económica, ofrecido por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), después de que el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, haya detallado hoy en el Congreso el nuevo cuadro macroeconómico que el Gobierno en funciones enviará a Bruselas antes de fin de mes en el marco del Programa de Estabilidad 2016-2019, y que contempla un déficit público del 3,6% del PIB para este año, frente al 2,8% estimado inicialmente, y del 2,9% para 2017.

Doménech ha asegurado que el objetivo de déficit del 3,6% es «factible» con la recuperación económica que BBVA prevé para este año (del 2,7%, la misma que la incluida hoy en el cuadro macroeconómico gubernamental) y «alguna medida adicional bastante reducida» que se sume, eso sí, al recorte de 2.000 millones en gasto público anunciado, con el que ya se estaría «muy cerca» del cumplimiento, «prácticamente en el 3,7%». «Del 3,7% al 3,6% en términos económicos no es estadísticamente significativo y ante la incertidumbre sobre crecimiento económico que hay, es una diferencia absolutamente menor», ha agregado.

En todo caso, el pronóstico que realiza el Servicio de Estudios de BBVA sobre el déficit para este año lo sitúa en el 3,9%, sin contemplar este tipo de medidas, lo que supondría unas «dos o tres décimas» de desviación. «A nivel global el objetivo del 3,6% es factible con lo que hay ahora», ha apuntado Doménech, quien ha advertido de que si la incertidumbre política se dispara y se forma un Gobierno «débil» o no se acometen medidas que aseguren el crecimiento, se podría producir un desajuste entre los ingresos y los gastos del Estado.

En este sentido, ha alertado de que si España entra en una «dinámica» de incumplimiento de déficit y vuelve la desconfianza o España se estabiliza o podría ocurrir que empeorara. A este respecto ha recordado que las agencias de rating han realizado una valoración negativa de la desviación de ocho décimas del déficit de 2015, que se situó en el 5%, y ha recalcado que «el incumplimiento puede lastrar la recuperación durante los próximos años».

LA INCERTIDUMBRE, EN NIVELES SIMILARES A LOS DE LA GUERRA DE IRAK.

El economista jefe de Economías Desarrolladas del BBVA se ha referido a los principales «riesgos» a los que se enfrenta la economía española, como la posibilidad de la «retroalimentación de lo que ocurre en los mercados financieros con lo que sucede en la economía real». En este sentido, ha apuntado que una caída trimestral de la riqueza financiera neta del 10% provocaría un descenso acumulado del consumo del 1% durante los siguientes cuatro trimestres.

Los otros dos principales retos son la desviación del objetivo de déficit y la incertidumbre política, que conlleva un coste de dos o tres décimas en el crecimiento y de él se desprende el «riesgo a corto plazo y el coste de oportunidad a medio plazo de afrontar los retos».

El índice de incertidumbre política que maneja BBVA Research muestra cómo la incertidumbre en España se ha disparado desde enero y en marzo se sitúa ya en niveles de marzo de 2003, coincidiendo con la Guerra de Irak.

En cuanto a los retos, ha citado la reducción de la tasa del desempleo estructural, que se sitúa en el entorno del 15%; la sostenibilidad y eficiencia del sector público; la del Estado de Bienestar; el aumento del tamaño de las empresas, una mayor internacionalización y competitividad; mayor calidad institucional; más innovación y capital tecnológico; «más y mejor» capital humano; y menos desigualdad y un crecimiento inclusivo.

Asimismo, Doménech ha advertido del perjuicio que supondría para España el ‘Brexit’, cuyos efectos serían «claramente negativos y no hay que minusvalorarlos», ya que la salida del Reino Unido de Europa serían «noticias muy negativas para una recuperación de la economía española que está lejos todavía de completarse».

PIDE MANTENER LA PRESION FISCAL, PERO CAMBIAR LA ESTRUCTURA IMPOSITIVA.

Preguntado por la reforma fiscal del Gobierno de Mariano Rajoy y el adelanto de la rebaja del IRPF, Doménech ha valorado que ha aportado tres décimas al crecimiento del 3,2% registrado en 2015, si bien la «contrapartida» es que esas medidas «no son gratis» y «una parte de la desviación se debe al impulso fiscal».

Por ello, ha abogado por que, manteniendo la presión fiscal media, se acometa una mejora en la eficiencia del sistema impositivo que contemple un reajuste de los tipos impositivos entre los distintos impuestos, con lo que «se puede ganar tanto o más en términos de crecimiento y empleo».

«Tenemos una estructura fiscal que si se compara con el norte de Europa está claramente descompensada», ha apuntado Doménech, quien ha indicado que la presión fiscal indirecta es «muy baja» frente a la presión fiscal directa, sobre todo en cotizaciones, que es «muy elevada».

Por su parte, el economista y miembro de Economistas Frente a la Crisis, José Moisés, ha advertido de que España sigue teniendo un nivel de endeudamiento «excesivamente alto», y considera que el país «probablemente» no cumplirá el objetivo de déficit público en 2016, que conllevará un nuevo ajuste. Moisés ha abogado por la intervención pública para que se produzca una composición sectorial del crecimiento.

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