Draghi se reserva munición para final de año

La decisión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) de no introducir cambios en los tipos de interés y mantener las condiciones de sus actuales medidas no convencionales de estímulo sólo supone aplazar la intervención del banco central, que no ha querido gastar «la poca munición que le queda», y que probablemente en diciembre anunciará una extensión del calendario del programa de compras, así como modificaciones técnicas del mismo.

De este modo, los analistas consultados por Europa Press coinciden en que la reunión de septiembre del Consejo del BCE se ha saldado sin sorpresas, aunque la entidad «ha decepcionado en cierto modo a los mercados», según apunta Mitu Patel, responsable de tipos de interés de Henderson Global Investors.

No obstante, el experto considera probable que el BCE extienda sus compras de activos más allá de marzo de 2017, «decisión que se aplazará hasta diciembre de este año», mientras también es probable que modifique algunos criterios técnicos ante la escasez de bonos alemanes que puede adquirir la entidad actualmente.

Por su parte, Daniel Pingarrón, analista de IG, subraya que este jueves «Draghi no ha gastado la poca munición que le queda» y se ha abstenido de anunciar la extensión del QE o de modificar sus criterios, demostrando que «el BCE está muy lejos del Banco de Japón».

Desde Brandywine Global, filial de Legg Mason, la gestora Regina Borromeo apunta que el hecho de que el BCE haya encargado a los comités que evalúen las opciones de estímulo parece sentar las bases «para una variación en la política monetaria en diciembre si fuera necesario».

«No nos sorprende que el BCE no haya recortado sus tipos aún más, dado que no está claro que seguir adentrándolos en terreno negativo vaya a tener más ventajas que inconvenientes», añade Borromeo.

En este sentido, el director de inversiones de renta fija minorista de M&G Investments, Anthony Doyle, confía en que el BCE ampliará su programa de compras «antes de que finalice el año» y apunta que ante las incertidumbres que rodean la recuperación «el BCE se verá obligado a aplicar una política aún más expansiva».

Entre las opciones a disposición de la entidad, el experto señala la posibilidad de ampliar la duración del programa, modificar sus condiciones o profundizar los tipos negativos. «En nuestra opinión, la implantación de nuevos estímulos es sólo cuestión de tiempo», sentencia Doyle.

POSPONER LO INEVITABLE.

Por su parte, Dierk Brandenburg, analista senior de deuda soberana de Fidelity, considera que en la reunión de hoy, el BCE «ha decidido posponer lo inevitable» manteniendo sin cambios los elementos del programa de estímulos y aplicando tan sólo revisiones marginales a la baja de las previsiones de PIB e inflación.

«Draghi ha sido intencionadamente impreciso sobre cualquier revisión de la estructura del PSPP», añade el experto, quien advierte de que el problema de la escasez de activos libres de riesgo pronto empezará a ser un problema.

A su vez, desde el banco alemán Berenberg, Holger Schmieding, economista jefe de la entidad, subraya que el BCE «no necesita tener prisa», con casi siete meses por delante antes del final de su programa de compras, cuando por delante tiene la incertidumbre generada por el ‘Brexit’, así como por las elecciones en EEUU en noviembre o el referéndum de Italia en octubre.

De este modo, Schmieding apuesta por que el BCE extenderá su programa de compras más allá de marzo de 2017, ya sea en su formato actual de 80.000 millones al mes o con una cifra inferior, aunque si en la revisión macroeconómica de diciembre se produce un empeoramiento de las proyecciones, la entidad probablemente ampliaría sus compras hasta finales de 2017.

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