Los consejeros delegados de Caixabank, Banco Sabadell y Bankia prevén una nueva ola de fusiones en España ante la atonía de los ingresos bancarios por los bajos tipos de interés y con el fin de ahorrar costes. Eso sí, no esperan que el sector vuelva a concentrarse de forma «inmediata», puesto que no hay entidades «con agobios», en palabras del ‘número dos’ de Caixabank, Gonzalo Gortázar.
En un encuentro financiero organizado por ‘Expansión’, KPMG y Microsoft, tanto Gortázar como Jaime Guardiola (Sabadell) y José Sevilla (Bankia) han calificado como «lógicas» las integraciones en el medio plazo. Sevilla ha esgrimido que la competencia en el sector no se ha visto afectada por la consolidación tras la crisis de las cajas de ahorros. Los tres ejecutivos también han coincidido en señalar que los procesos de ajustes de oficinas y plantillas se mantendrán en los próximos años, más aún ante la irrupción de la tecnología. «Es un proceso que no tiene fin», ha avisado el consejero delegado de Caixabank, quien ha argumentado que los bancos deben seguir revisando su base de costes ante la caída de ingresos. Como medida para afrontar los menores ingresos, han compartido que las entidades tienen que explorar nuevos productos y fidelizar a sus clientes, aunque han mostrado sus diferencias respecto a las comisiones a cobrar.El consejero delegado del Sabadell ha afirmado que las comisiones por servicios estaban hasta ahora «subvencionadas», con estrategias de comisiones cero que «subsidian». «Tarde o temprano entraremos con cierta normalidad y con mejor una recepción de los clientes en ingresos de comisiones por proveer servicios», ha reflexionado.
Por su parte, el consejero delegado de Bankia, entidad que elimina comisiones a los particulares y autónomos que domicializan sus ingresos, ha abogado por «repensar» el precio del crédito del sector, con el fin de cerciorarse de que se cobra una prima de riesgo de forma «adecuada». «Ese margen de crédito será sustancial en la cuenta de resultados si los tipos siguen bajos», ha apuntado. Los consejeros delegados han coincidido en que la recuperación en la concesión de crédito se está retrasando «más de lo esperado», e incluso Gortázar ha retrasado a finales de 2017 el crecimiento del stock de crédito. Mientras, Guardiola ha advertido de que la política ultralaxa del BCE está derivando en efectos «paradójicos» que impiden la reactivación de la demanda de crédito. «La falta de estímulo al ahorro fomenta el repago», ha advertido. Además, ha avisado de que el flujo de crédito empieza a perder ritmo de aceleración y ha augurado señales de desaceleración en la economía. Por último, el consejero delegado de Bankia ha achacado la poca demanda de préstamo al fuerte desendeudamiento de las empresas y familias.