La inflación pone en «difícil posición» al BCE, que no cambiará de postura antes de 2018, según S&P

El fuerte repunte de la inflación en la eurozona durante el mes de diciembre coloca al Banco Central Europeo (BCE) en una «difícil posición» en un momento de máxima incertidumbre, aunque el instituto emisor mantendrá su política monetaria acomodaticia hasta apreciar un ajuste sostenido de la inflación subyacente, que excluye el impacto de la volatilidad de la energía y los alimentos frescos, algo que probablemente no sucederá antes de 2018, según apunta la agencia Standard & Poor’s.

«El repunte de la inflación en diciembre, aunque ampliamente esperado, coloca al BCE en una difícil posición», reconoce la agencia, ya que por un lado la entidad deberá resistir las presiones desde Alemania para subir los tipos de interés, mientras al mismo tiempo deberá tranquilizar al mercado sobre una prematura retirada de estímulos que pudiera conllevar un endurecimiento de las condiciones de financiación.

En este sentido, los analistas de S&P consideran que la política monetaria «muy acomodaticia» del BCE ha contribuido a limitar el alza de los intereses a largo plazo, protegiendo así a la eurozona de un excesivo endurecimiento de las condiciones de préstamo, por lo que confían en que la entidad presidida por Mario Draghi mantendrá en los próximos meses una postura ‘dovish’, partidaria de continuar con los estímulos y medidas no convencionales, hasta constatar un ajuste sostenido de la inflación subyacente, algo que no sucederá antes de 2018.

En cuanto a la evolución de los precios en la eurozona, que en el mes de diciembre subieron un 1,1% interanual, registrando así su mayor tasa de inflación desde 2013, S&P prevé una subida del 1,5% en el primer trimestre de 2017, aunque considera improbable que la inflación subyacente supere significativamente el 1%.

En el caso de Alemania, donde los precios aumentaron un 1,7% en diciembre, la agencia subraya que la subida parece más generalizada, con alzas más allá de la energía, gracias en gran medida a la fortaleza de su mercado laboral, cuya tasa de paro ha caído al 4,1%, en mínimos desde 1990, mientras en otras economías de la región del euro el mercado laboral tiene aún efectos deflacionistas.

Aparte de la energía, la calificadora de riesgos señala el impacto sobre los precios en Europa de la evolución del dólar, impulsado por las expectativas de un mayor crecimiento de la economía estadounidense y subidas de tipos por parte de la Reserva Federal.

En este sentido, S&P considera que, manteniéndose un ritmo de crecimiento moderado similar al actual, EEUU subirá los tipos de interés en dos ocasiones este año y otras tres veces en 2018, con la posibilidad de que en caso de que el crecimiento sea mayor del esperado los responsables de política monetaria aceleren las subidas de tipos.

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