La UE y la Administración Obama avisan de que la «lógica» de sellar el TTIP «es mayor»

La Unión Europea y la Administración estadounidense de Barack Obama han defendido «los progresos considerables» que han hecho ambas partes en las negociaciones del acuerdo comercial y de inversión transatlántico (TTIP, por sus siglas en inglés) desde su lanzamiento en julio de 2013 y han avisado de que «la lógica económica y estratégica» de sellarlo «sólo se ha fortalecido», en un claro mensaje a la nueva Administración de Donald Trump, que ha cuestionado el acuerdo con la UE.

«El progreso que se ha logrado ya nos da confianza de que, con una implicación continuada de ambos lados y la voluntad política de priorizar las ganancias a largo plazo para nuestras economías y nuestra relación más amplia, Estados Unidos y la Unión Europea podrían lograr lo que nos propusimos hacer en 2013: concluir un acuerdo ambicioso, equilibrado, completo y de estándares elevados», han concluido ambas partes en un informe conjunto de la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, y el secretario de Comercio estadounidense, Michael Froman.

Ambas partes insisten en que «el TTIP aumentaría las exportaciones y los flujos de inversión que alimentan nuestras economías y apoyan empleos de alta calidad en ambos lados del Atlántico» y «tiene el potencial de convertir una relación económica ya inmensamente exitosa entre EEUU y la UE en un motor incluso más potente de la prosperidad mutua durante las próximas décadas».

No obstante, la UE y la actual Administración estadounidense admiten que queda «un trabajo significativo» para «resolver» las «diferencias» en «varias áreas importantes», entre otros, cómo resolver los aranceles para productos «sensibles» para ambas partes, ampliar el acceso al mercado en servicios «clave», reconciliar las diferencias en las medidas sanitarias y fitosanitarias y facilitar el reconocimiento de cualificaciones para dar licencias a profesionales.

Pero también aquellas que mantienen a fin de mejorar el acceso al mercado de contratación pública de la otra parte, garantizar una protección «fuerte» para los inversores preservando al mismo tiempo «el derecho de los Gobiernos de regular, incluido respecto a mecanismos de resolución de disputas», cómo reflejar el compromiso con una protección laboral y medioambiental «fuertes y eficaces», así como respecto a «cómo estructurar los compromisos en los flujos de datos» para apuntalar la economía digital «respetando al mismo tiempo las preocupaciones legítimas sobre la protección de la privacidad», promover mercados de energía «transparentes, abiertos y seguros» y como resolver las diferentes respectos marcas, incluidas las genéricas y las indicaciones geográficas.

«Respecto a estas y otras cuestiones desafiantes, nuestro trabajo en los últimos tres años han permitido dar mayor claridad respecto a nuestras diferencias y nos han permitido explorar avenidas para reconciliarlas», aseguran en el informe conjunto.

En todo caso, han puesto en valor pasos «significativos» que se han dado en las negociaciones como son el intercambio de ofertas para eliminar aranceles en el 97% de los productos, en una mayoría de ellos de forma «inmediata» o «rápida» tras la entrada en vigor del acuerdo y para identificar formas para reducir «requisitos burocráticos innecesarios y retrasos» en las fronteras.

Además, la UE y Estados Unidos han acordado que el acuerdo «debe incluir fuertes obligaciones para proteger el medioambiente y los derechos laborales fundamentales» y han negociado «un capítulo dedicado» a las pequeñas y medianas empresas, que obtendrían «importantes beneficios» del acuerdo en ambos lados del Atlántico, inciden en el informe, en el que lamentan que apenas «una fracción de las casi 50 millones de PYMES» comercian a ambos lados del Atlántico. «De modo que hay mucho potencial sin aprovechar aquí», insisten.

En cualquier caso, han vuelto a dejar claro que el acuerdo no debe implicar «una disminución de los niveles más elevados de protección al consumo, los trabajadores, la salud, la seguridad y medioambiental en la UE ni en Estados Unidos» y debe «preservar la capacidad de los Gobiernos de regular en el interés público».

«Hemos hecho un progreso considerable, tangible, tal y como demuestra este (informe) resumen. Espero implicarme con la nueva Administración estadounidense sobre el futuro de las relaciones comerciales trasatlánticas», ha dicho Malmström, que ha defendido que «la UE ha hecho todo para intentar lograr un acuerdo equilibrado, ambicioso y con estándares elevados con beneficios claros para los ciudadanos, las comunidades locales y las compañías».

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