Gortázar (CaixaBank) confía en el éxito de la OPA sobre BPI como «clara oportunidad de crear valor»

El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha confiado en que «concluya satisfactoriamente» la OPA que la entidad ha lanzado sobre el Banco Portugués de Inversiones (BPI) a 1,134 euros por acción, cuyo plazo de aceptación concluye el próximo martes 7 de febrero.

En la rueda de prensa de presentación de resultados del banco en 2016, ha afirmado que es una «clara oportunidad de crear valor» en 2017 y los ejercicios futuros, con unas sinergias previstas de 120 millones de euros en tres años.

Gortázar ha destacado la confianza de CaixaBank en el banco luso y en su equipo directivo después de una alianza de más de 20 años: «Se han hecho los deberes muy bien».

BPI registró un beneficio neto de 313,2 millones de euros en 2016, un 32,5% más que un año antes, y CaixaBank quiere tomar el control de la entidad, de la que actualmente es primer accionista con un 45% del capital.

El banco portugués registró beneficios tanto en el mercado doméstico como en el internacional, ya que ganó 147 millones de euros en Portugal y 166,3 millones de euros derivados de sus actividades en el extranjero.

CaixaBank prevé reducir en 900 empleados la plantilla de la entidad lusa durante los próximos tres años y contempla cerrar 52 oficinas del banco este 2017 con el objetivo de mejorar su eficiencia.

ANTECEDENTES

CaixaBank entró en BPI en 1995 y fue elevando su participación con los años, si bien los derechos de voto estaban limitados al 20%; como segunda accionista figuraba la empresaria angoleña Isabel Dos Santos a través de la compañía Santoro, con un 18,6% del capital, seguida de Allianz, con cerca del 8%.

El pasado mes de abril, la catalana lanzó una OPA voluntaria a un precio de 1,113 euros por acción, condicionada a la eliminación de esta restricción en el voto, que fue acordada en septiembre.

Para ello, BPI ofreció el control de la entidad angoleña BFA a Dos Santos a cambio de su visto bueno a la eliminación del límite de derechos de voto, condición que ponía CaixaBank para llevar adelante su OPA sobre BPI.

Asimismo, el banco luso llevó a cabo el pasado mes de diciembre la venta a Unitel de un 2% del angoleño BFA para dejar de ser accionista de control y cumplir la exigencia europea de reducir su exposición a riesgos excesivos en el país africano.

Al presentar la oferta, la entidad catalana indicó que tenía la intención de que BPI continúe siendo una compañía cotizada, así como mejorar sus cuentas gracias a las sinergias con CaixaBank.

La catalana destacó el valor de la entidad portuguesa, que tiene 39.000 millones de euros en activos, 1,8 millones de clientes en Portugal, un 4,6% de morosidad y un 85% de cobertura.

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