El Banco de España dice que la actual fase de «fuerte creación de empleo» favorece al consumo

El Banco de España ha señalado que la actual fase de «fuerte creación de empleo» se habría visto reflejada en una recuperación intensa del consumo de los hogares, debido «principalmente» a que hay un menor flujo de trabajadores que pasan del empleo al desempleo y a que existe cierta evidencia de que la propensión marginal a consumir de quienes tienen un empleo es más elevada que la de los desempleados.

En un artículo analítico, el organismo ha resaltado que, a pesar del fuerte repunte del consumo en el periodo más reciente, «los niveles menores de gasto por hogar no habrían recuperado todavía, en términos generales, los registros anteriores a la crisis».

Así, se recuerda que el gasto de los hogares en bienes y servicios ha mostrado un comportamiento favorable desde mediados de 2013 y ha sido uno de «los principales motores de la recuperación reciente de la crisis económica».

La institución también ha resaltado que aunque «posiblemente» el proceso de desapalancamiento de los hogares aún no haya finalizado, «no parece que el nivel de deuda sea en la actualidad un factor restrictivo del consumo, al menos a escala agregada».

Así, señala que durante el último ciclo económico, «el consumo de los distintos tipos de bienes y servicios ha evolucionado de manera muy heterogénea». También ha destacado que hay productos cuya elasticidad ante cambios en la renta es muy reducida, como los bienes de primera necesidad, y que existe «un mayor grado» de ajuste de las compras a lo largo del tiempo.

En términos nominales, la categoría de bienes y servicios no duraderos es la que tiene «mayor peso dentro del total del gasto», de acuerdo con los datos de la Contabilidad Nacional de España, y que representan y 43,5% del promedio de gasto entre 2002 y 2015, mientras que los de primera necesidad, los no ajustables y duraderos representaron un 18%.

El consumo agregado, según el Banco de España, tuvo un comportamiento «muy diferenciado», ya que en el promedio anual aumentó en torno a un 3%, mientras que se redujo algo más de un 2% en una segunda etapa y creció un 2% en una tercera.

También señala que hay diferencias de evolución «muy notables». El gasto en bienes de consumo no esencial y duradero es el que muestra las mayores «oscilaciones cíclicas». De hecho, el duradero fue el que aumentó de manera «más sustancial» en la recuperación, después de haber registrado la caída más acusada entre 2008 y 2013.

Por otro lado, el gasto en bienes no ajustables, que mostraron una reducción «moderada» durante la crisis, continuó cayendo en el periodo de recuperación. Así, la institución ha apuntado que la recuperación del consumo privado «refleja un elevado grado de heterogeneidad cuando se atiende a su descomposición entre productos».

Dentro del conjunto de hogares con sustentador principal empleado, el consumo total avanzó durante la recuperación en promedio «más intensamente» entre los que tenían un contrato indefinido que entre los temporales.

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