Hay muchos rojos en los mercados de valores en el inicio de la semana. Tras los débiles datos de las nóminas y los salarios de noviembre en EE.UU. (luego de los débiles datos de exportación y del PIB de Alemania), ha aumentado la preocupación de los mercados por la desaceleración del crecimiento mundial. Los recortes en la producción de petróleo de la OPEP y Rusia han tenido un efecto limitado: la preocupación tiene que ver con la demanda. A pesar de los temores de rendimientos inversos, los precios de los bonos del Tesoro de Estados Unidos cayeron. La historia indica que dos de las tres últimas recesiones coincidieron con las alzas de la Fed y los rendimientos inversos. Un rally en los precios del petróleo daría a los alcistas de la inflación la esperanza de que los rendimientos planos o en inversión podrían revertirse. Sin embargo, existe un temor real de que las continuas tensiones entre Estados Unidos y China – especialmente tras la detención de un alto ejecutivo de Huawei – podrían desencadenar represalias chinas. Las imágenes gráficas de los disturbios franceses refuerzan el pesimismo. Por último, el riesgo de evento masivo está incrustado en el drama del Brexit, ya que el voto del Parlamento del Reino Unido está previsto para mañana. El consenso es que el plan de Chequers será rechazado, haciendo que las negociaciones entren en el caos absoluto.
Estamos viendo una acumulación de posiciones largas en GBP ya que los mercados anticipan el camino menos perjudicial hacia el Brexit. Sugerimos a los operadores que se muevan con cuidado en la GBP antes del voto crucial. A pesar del creciente peso sobre los precios de las acciones, sospechamos que una solución rápida es posible. Una potencial desaceleración en Estados Unidos y la volatilidad en las acciones ha desencadenado la idea de que el camino de línea dura de la Fed podría estar en peligro. Nuevas declaraciones relativas a los límites políticos o una reunión moderada de la Fed en diciembre harían maravillas para la confianza de los inversores.
