El año que viene se verá una desaceleración global y la caída del dólar. Habrá dos factores críticos que debilitarían la fuerza actual de la divisa: el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos aumentará las tasas esta semana y de nuevo en 2019; y el Banco Central Europeo cambiaría su postura aún más hacia la normalización. Los mercados están viendo la evidencia de ambos factores, pero el caos Brexit está opacando la foto. En caso de que la relación entre el Reino Unido y la UE mejore, habría que estar pendientes de una caída rápida del sobrevaluado dólar.
La inflación de Estados Unidos fue débil en noviembre, debido a una caída en los precios de la energía que perdieron un 4,1 % en un mes. Los componentes no energéticos mostraron aumentos constantes ya que los precios de los alimentos y el IPC núcleo aumentaron un 0,2% mensual. Los consumidores siguen gastando, como se destaca en los sólidos números de venta, pero la decisión de los hogares de comprar coches usados y alquilar una vivienda en lugar de comprar sugiere cierta incertidumbre. La economía general se mueve con mucha fortaleza, lo que indica presión inflacionaria y tres alzas de 0,25 % en 2019. La Fed probablemente apunte a la normalización. La conferencia de prensa del miércoles del presidente de la Fed, Powell, ofrece una oportunidad para aclarar puntos de vista sobre la volatilidad del mercado y nuevos movimientos de tasas.
