Sí existe algún denominador común a todas las crisis económicas es sin lugar a dudas el asociado al impago de facturas a proveedores.
Tal y cómo sucediera en la anterior rescisión económica, el repunte de las incidencias de cobro en las operaciones comerciales adquiere una enorme importancia en el desempeño de la actividad de empresas y autónomos en nuestro país.
Los impagos en la hostelería con índices preocupantes
A pesar de que gradualmente se va retomando la re-apertura de establecimientos de restauración y sus terrazas, el impago de facturas a proveedores del sector de alimentación y bebidas vuelve a retomar máximos históricos ya que desde que se declarase el primer estado de alarma son miles de bares y restaurantes los que han echado definitivamente el cierre.
No obstante y ante el panorama de incertidumbre actual, la entidad de cobro de morosos Cobratis estima que el fin de esta situación de crecimiento en los impagos comerciales tocará su fin a finales del año 2022 basándose en sus propias estadísticas sobre el comportamiento y evolución de la deuda.
El impago de alquileres: En el punto de mira
Otra buena parte de esta incertidumbre sobre el cobro puntual se la llevan los arrendamientos.
Pese a lo publicado en el Real Decreto-ley 37/2020 de 22 de diciembre sobre la situación de vulnerabilidad que afectaba a los inquilinos de bienes inmuebles, también se está experimentando un incremento notable en las incidencias de cobro de alquiler por parte de los propietarios que están recurriendo a la contratación de seguros de impago de alquiler para prevenir posibles incidencias en el cobro puntual de sus rentas.
Situación de inestabilidad económica y problemas en las relaciones de pareja
Cabe señalar que otra de las partes más afectadas por la actual situación económica ha sido la del ámbito familiar y de la pareja.
Desde que se declarase el inicio del estado de alarma y restricciones, se ha declarado un aumento en las separaciones y divorcios de más de 10% respecto al año anterior.