El Puntazo

La humilde sardina y sus mágicos beneficios para la salud y el medio ambiente

La técnica de envasar alimentos en latas fue desarrollada por el inventor francés Nicolas Appert a principios del siglo XIX

Ya lo dice el refranero gallego: “Por San Xoán, a sardiña molla o pan”. 

No es casualidad que consumamos sardinas y a manta en esta fecha.

Su época de pesca por antonomasia es de mayo a octubre.

El enlatado de sardinas tiene una historia fascinante que se remonta al siglo XIX:

  1. Inicios del Enlatado: La técnica de envasar alimentos en latas fue desarrollada por el inventor francés Nicolas Appert a principios del siglo XIX. Appert descubrió que se podía conservar la comida calentándola y sellándola en envases herméticos.
  2. Primera Fábrica de Sardinas en Lata: La primera fábrica de sardinas enlatadas se estableció en Francia en 1820, en Nantes, por Pierre-Joseph Colin. Este método de conservación se popularizó rápidamente debido a la durabilidad y la conveniencia de las latas.
  3. Expansión Global: A mediados del siglo XIX, el enlatado de sardinas se expandió a otros países, especialmente a España y Portugal, que hoy son conocidos por producir algunas de las sardinas enlatadas de mejor calidad del mundo.
  4. Avances Tecnológicos: Con el tiempo, las técnicas de enlatado mejoraron, incorporando maquinaria avanzada para limpiar, cocinar y empacar las sardinas de manera más eficiente. La pasteurización y la esterilización se convirtieron en partes esenciales del proceso para garantizar la seguridad y la longevidad del producto.

Curiosidades de las Sardinas

  1. Especies de Sardinas: El término «sardina» se refiere a varias especies de pequeños peces pelágicos de la familia Clupeidae. Algunas de las especies más comunes son Sardina pilchardus (sardina europea) y Sardinops sagax (sardina del Pacífico).
  2. Nutrición: Las sardinas son una excelente fuente de proteínas, ácidos grasos omega-3, vitamina D, vitamina B12 y minerales como calcio y selenio. Son especialmente recomendadas para la salud cardiovascular.
  3. Sostenibilidad: Muchas especies de sardinas son consideradas una opción sostenible de pescado, ya que son abundantes y tienen tasas de reproducción rápidas. Sin embargo, es importante elegir sardinas de pesquerías bien gestionadas.
  4. Métodos de Preparación: Las sardinas pueden ser preparadas de muchas maneras: frescas, a la parrilla, al horno, en escabeche o enlatadas. Las sardinas enlatadas a menudo se conservan en aceite de oliva, aceite vegetal, agua, salsa de tomate o salsas picantes.
  5. Importancia Cultural: En muchos países, las sardinas tienen una gran importancia cultural y culinaria. En Portugal, por ejemplo, las sardinas a la parrilla son un plato tradicional durante las festividades de San Antonio y San Juan.
  6. Beneficios para la Salud: Además de los beneficios cardiovasculares, el consumo regular de sardinas puede contribuir a mejorar la salud ósea debido a su alto contenido de calcio y vitamina D, y también apoyar la función cerebral gracias a los ácidos grasos omega-3.
  7. Vida Útil y Versatilidad: Las sardinas enlatadas tienen una larga vida útil, lo que las convierte en un alimento ideal para almacenar en la despensa. Son versátiles y se pueden usar en ensaladas, pastas, pizzas, bocadillos y como aperitivo.
  8. Ecosistemas: Las sardinas juegan un papel crucial en los ecosistemas marinos, sirviendo como una importante fuente de alimento para depredadores más grandes como delfines, tiburones, y aves marinas.
  9. Reproducción y Ciclo de Vida: Las sardinas tienen ciclos de vida cortos y se reproducen en grandes cantidades, lo que les permite mantener sus poblaciones estables en condiciones adecuadas.

GRASA Y SABOR

Este pez se alimenta de plancton, muy abundante en este periodo, por lo que acumula gran cantidad de grasa que potencia su sabor.

La sardina es un pescado con una larga historia.

Tuvo un papel fundamental en la dieta española en el siglo XVIII, ya que tras el Tratado de Utrecht (1713-1715) se produjo el cierre de los caladeros de bacalao del norte de Europa y la sardina se convirtió –gracias a la salazón– en el elemento esencial para dar respuesta a la fuerte demanda del mercado –en esa época en España existían más de 150 días anuales de abstinencia de carne por cuestiones religiosas–.

Desde el punto de vista nutricional, el pescado suele clasificarse como blanco o azul en función de su contenido de grasa.

El pescado azul tiene una proporción de grasa entre los músculos superior al 5-6 %.

Algunos ejemplos son la sardina, la caballa, el jurel y el atún.

Además de estos lípidos, el pescado azul también contiene péptidos (moléculas formadas por la unión de varios aminoácidos).

La acción combinada de estos compuestos bioactivos presenta propiedades beneficiosas para la salud, como la antioxidación, la antiinfección y la antihipertensión.

Estas sustancias pueden afectar positivamente al sistema inmunológico y a combatir la hipertensión, la obesidad y la diabetes.

La presencia del pescado en nuestra dieta es uno de los factores clave en la esperanza de vida.

En el año 2019, España ocupaba la sexta posición mundial en esperanza de vida al nacer con 83,8 años, una cifra que superaba a la media de la UE en 2,5 años y al promedio mundial en casi 10 años.

Y mucho gracias a la humilde sardina.

Así que… ya saben.

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