Este verano de 2022, ha venido cargado de retos para el hogar y para las vacaciones de la población, relegando a un segundo plano el esfuerzo y la preocupación habitual de la vuelta al cole y los gastos asociados al regreso a la rutina de septiembre.
Los altos precios registrados por la luz durante este verano han obligado a muchas familias a buscar alternativas con las que poder seguir haciendo uso del aire acondicionado para combatir el calor. Porque las olas de calor no han dado tregua a las maltrechas economías domésticas españolas.
El precio de un verano menos sofocante
Hasta ahora las altas temperaturas y los aires acondicionados habían formado un binomio que cada período estival se repetía en todo el país. Sin duda, la fórmula más eficiente y extendida para soportar las temperaturas propias de la época.
Sin embargo, la crisis energética derivada del conflicto armado entre Ucrania y Rusia se ha interpuesto en el sueño de un verano más fresco debido al aumento del coste de la energía. Si bien, es cierto que la subida en el coste de la energía ha sido progresiva desde el inicio de 2022, ha sido en el momento de mayor necesidad en el que este ha alcanzado máximos históricos.
Recordemos que el pasado 15 de junio entró en vigor el mecanismo ibérico pactado con Bruselas. La conocida como “Excepción Ibérica”. Una medida que limitaba el precio del gas para la generación eléctrica a una media de 48,8 euros por MWh para los próximos doce meses. Inicialmente, pudo percibirse un ligero descenso en el precio y, por tanto, en la factura, lo cierto es que el precio de la luz ha seguido incrementándose.
Dos meses después de la entrada en vigor de la excepción ibérica, el coste de la luz se ha incrementado en un 41%. Un aumento que, a pesar de evidenciar que la subida se ha frenado en torno al 17%, ha frustrado las esperanzas de un verano “como los de siempre” para los españoles.
Un reto para un futuro no tan lejano
Los aires acondicionados han sido los grandes aliados de los españoles en las últimas décadas para combatir las altas temperaturas estivales. Una alianza que este año se ha visto truncada por las sucesivas olas de calor que hemos sufrido y por el elevado coste de la luz.
En 2021 los hogares españoles que contaban con instalación de aire acondicionado se aproximaban a una cifra cercana al 40%. Se prevé que en las próximas décadas se produzca un aumento progresivo de los hogares con instalaciones de aire acondicionado. Un aumento que, traducido a datos a nivel mundial supondría un paso de 3.600 millones de equipos de refrigeración que hay en la actualidad, a 14.000 millones en 2050. Algo que sin duda nos enfrenta directamente a un gran reto energético.
Los aparatos de aire acondicionado son los responsables del 20% del consumo eléctrico de los edificios, tal y como demuestran los datos de consumo que manejan las empresas energéticas. Un uso que se espera se multiplique en el futuro a consecuencia del calentamiento global. Pero, este es un porcentaje de consumo prácticamente inasumible para cualquier hogar medio teniendo en cuenta el coste actual de la energía…
¿Qué alternativas se presentan para el usuario?
Una difícil decisión
El aumento exponencial de las temperaturas en los últimos años debido al cambio climático ha provocado, tal y como ya se ha señalado, un incremento en la instalación de aparatos de aire acondicionado en los hogares españoles.
Sin embargo, el aumento del coste de la luz ha hecho que este verano en el que las olas de calor se han sucedido de forma constante muchas familias hayan tenido que plantearse un gran dilema: paliar sus efectos haciendo uso del ya mencionado aire acondicionado, o bien evitar que el precio de su factura de la luz se dispare hasta límites prácticamente inasumibles.
¿Existe alguna alternativa para que resistir las altas temperaturas no suponga un varapalo para las economías familiares? Además de las olas de calor y las continuas subidas en la factura de la luz, este año 2022 ha traído consigo un incremento del 29% en la instalación de paneles fotovoltaicos en hogares españoles según nos confirma Powen España.
Estos paneles fotovoltaicos se han convertido en la gran apuesta de aquellos que buscan reducir el coste de su factura energética y, al mismo tiempo, contribuir al uso de energías más sostenibles. Contar con una instalación fotovoltaica en el hogar puede ayudar a reducir dicha factura entre un 40% y un 60% en función de las horas de sol del lugar en que se encuentre y de la tecnología por la que se opte.
Para poder beneficiarse de las ventajas que supone contar con paneles fotovoltaicos ya no es necesario que nuestro hogar sea una vivienda unifamiliar. Cada vez son más los edificios de viviendas que recurren al autoconsumo colectivo. Esta modalidad permite que los usuarios consigan abaratar la factura de la luz al mismo tiempo que permite que los costes de la instalación fotovoltaica resulten más bajos, ya que estos se comparten entre todos los usuarios que participan del autoconsumo. Se reduce de esta forma el plazo de amortización de la instalación.
Un claro ejemplo de esta apuesta por una alternativa sostenible para poder seguir ayudándonos del aire acondicionado para soportar las altas temperaturas es la comunidad de Extremadura. Desde inicios de 2022, y ante el progresivo incremento del coste de la energía, la instalación de placas solares se ha disparado un 72%. Sin duda la evidencia de que otro modelo energético es posible.
Una transición al alcance de todos
Es posible que hasta ahora al oír hablar de transición energética siempre se haya pensado en grandes empresas y proveedores de energía, y en cómo este cambio conseguiría abaratar la factura de la luz. Pero nada más lejos de la realidad, porque lo cierto es que la transición hacia una energía más limpia y sostenible tanto para el medio ambiente como para la economía del usuario puede comenzar desde los hogares particulares gracias al autoconsumo fotovoltaico.
