El año 2022 será recordado por los españoles por ser el año en el que la pandemia terminó y la vida regresó a sus cauces normales. Este año será recordado también por muchos españoles por ser el año con los precios de la energía (gas natural y electricidad) más caros jamás vistos.
Y no es para menos. Desde que el gobierno ruso ordenara el corte del suministro de gas natural a Europa indefinidamente, el precio del gas natural subió por las nubes multiplicándose hasta por seis en pocos meses y esto desembocó también en unos precios desorbitados de la electricidad. El gobierno central y los gobiernos autonómicos, al igual que otros gobiernos centrales y regionales de Europa, se vieron obligados a incorporar medidas urgentes de ahorro energético hacia mitades de año como la limitación de la temperatura de funcionamiento de aires acondicionados y calderas a través del termostato o la obligación de cerrar los frigoríficos expositores de los supermercados, todo con el objetivo de evitar el racionamiento y aumentar el nivel de reservas de gas natural de cara al invierno.
Con la entrada del año 2023, los precios del gas natural y el de la electricidad bajaron desde niveles máximos para normalizarse hacia el mes de Febrero. Esta bajada de los precios se produjo gracias a las políticas de ahorro energético implementadas por todos los países de la Unión Europea pero también a otros factores como la drástica reducción de un 20% del consumo de gas natural por parte de China debido a los confinamientos en ese país, que ralentizaron profundamente su actividad económica.
Sin embargo, esta tregua en los precios de la energía podría llegar a su fin muy pronto, especialmente si el invierno que se avecina termina siendo un invierno frio y la demanda de gas natural para calefacción se dispara, de acuerdo a numerosos expertos. El factor del corte del suministro de gas natural ruso continúa vigente pero, además, la actual crisis geopolítica en Oriente Próximo ha sido un factor más que se ha añadido a la lista de factores que pueden causar una nueva subida de los precios de la energía. Desde que se iniciara la guerra en Israel, el precio del gas natural ha subido ya un 40% y se ha producido el cierre de un yacimiento de gas natural en Egipto. Por otro lado, China ha terminado con los confinamientos y su gran demanda de gas natural está presionando al alza los precios aún más.
Ante este panorama, es de esperarse el retorno de las políticas y medidas de ahorro energético implementadas a lo largo del año pasado. Es de esperarse también, que tecnologías innovadoras de eficiencia energética experimenten una alta demanda. Durante la pasada crisis energética, la venta de instalaciones de placas solares fotovoltaicas para empresas y hogares se disparó hasta niveles no vistos nunca antes en España. Por lo tanto, de regresar la crisis energética a lo largo del 2024, es de esperarse que la demanda de este tipo de instalaciones vuelva a subir.
Otra tecnología de eficiencia energética para la que puede esperarse una gran demanda es la aerotermia. La aerotermia es una tecnología de climatización para la producción de calefacción, agua caliente y refrigeración que consume una quinta parte de la energía que consumen las tecnologías de climatización tradicionales como las calderas y los calentadores de gas, los termos eléctricos o los sistemas de aire acondicionado.
Si bien los sistemas de aerotermia no son asequibles y el precio medio de un sistema de aerotermia con instalación incluida para la producción de ACS, calefacción y refrigeración se sitúa en el entorno de 8,000 euros (los hay más baratos para la producción de agua caliente solamente), la instalación de estos sistemas es una inversión muy rentable, ya que los hogares (y las empresas) pueden esperar una drástica reducción de las facturas de luz y gas.
En general, el retorno de la inversión de un sistema de aerotermia doméstico se sitúa en el entorno de 8 años cuando el sistema sustituye a una caldera de gas y en el entorno de apenas 2 años cuando el sistema sustituye a una caldera de gasóleo. Esto sin contar las subvenciones que actualmente están ofreciendo los gobiernos europeos, con una subvención de hasta 6,600 euros para la instalación de estos sistemas en España, lo que acorta el retorno de la inversión a unos pocos años, más aun en un entorno de altos precios energéticos.
La instalación de un sistema de aerotermia no es complicada, pero al ser una tecnología relativamente joven (apenas 10 años de antigüedad) no son muchas las empresas que tienen la capacidad para realizar la instalación de este tipo de sistemas. Por esto, lo recomendable es contactar siempre con técnicos especialistas en la instalación de aerotermia de tu ciudad. Por ejemplo, si vives en Valencia, contactar con técnicos instaladores de aerotermia en Valencia garantizará que la instalación se llevará a cabo con todas las garantías y con el dimensionado adecuado de la bomba de calor para garantizar el máximo confort térmico.
La aerotermia es posible instalarla con tres tipos de sistemas de radiación térmica: suelo radiante, fancoils o radiadores convencionales. Lo ideal es instalarla con suelo radiante, ya que este sistema garantiza una distribución homogénea del calor producido por el sistema y por lo tanto mayores niveles de eficiencia energética. No obstante, el suelo radiante es sólo económicamente fiable instalarlo en viviendas de obra nueva, ya que en viviendas existentes, la instalación del suelo radiante es una tarea ardua que requiere de una gran reforma y por lo tanto en estas viviendas lo más conveniente es usar radiadores.
En conclusión, la crisis energética vivida a lo largo del año 2022 provocó un incremento espectacular del precio de la energía debido a, principalmente, el corte del suministro de gas natural por parte de Rusia. Este incremento del precio de la energía desembocó en una serie de medidas de ahorro energético implementadas por los gobiernos y en una alta demanda en España de sistemas de producción de energía renovable como las placas solares fotovoltaicas. Con la entrada del 2023 el precio de la energía cayó, no obstante los factores que provocaron los altos precios de la energía en 2022 siguen presentes y se han añadido nuevos factores como la crisis en Oriente Próximo, que ya ha causado un aumento de un 40% en el precio de la energía. Ante este panorama, se espera el retorno de las medidas de ahorro energético y una alta demanda de tecnologías de producción de energía eléctrica renovable como las placas solares y de climatización eficiente como la aerotermia, la cual es una tecnología que permite producir agua caliente, calefacción y refrigeración consumiendo apenas una quinta parte de la energía que consumen los sistemas de climatización convencionales.