Trabajadores de Nissan se han concentrado a las puertas de la planta de Montcada i Reixac (Barcelona) quemando, en la mañana de este 28 de mayo de 2020, neumáticos y muebles en protesta por la decisión de la multinacional nipona de cerrar sus instalaciones en Catalunya.
Janet Sanz, segunda teniente de alcalde de Barcelona y responsable de Ecología y Urbanismo, pidió el pasado 23 de abril de 2020 evitar que la industria automovilística se reactive en España cuando termine la crisis del coronavirus. Justo un mes y cinco días después, han empezado a cumplirse los siniestros deseos de la podemita e independentista catalana: Nissan anuncia este jueves el cierre de su planta de montaje de Barcelona.
La empresa se lo ha comunicado a los 3.000 trabajadores afectados, que cuenta también con otros 20.000 empleos indirectos.
El sector del automóvil emplea a casi 600.000 personas en España, entre fabricación de vehículos, reparación, distribución y venta. La inmensa mayoría se encuentra, en la actualidad, sometida a diferentes Expedientes Temporales de Regulación de Empleo (ERTE) por el estado de alarma.
FIN DE LA HISTORIA
La historia de Nissan en Barcelona ha llegado a su fin, para aparente satisfacción de Podemos y de los independentistas antisistema que pueblan el Ayuntamiento de Barcelona.
Para bochorno, uno más, de Pedro Sánchez, conviene recordar que el presidente socialista alardeaba no hace mucho de haber logrado convencer a los japoneses para que mantuvieran la fábrica en Cataluña.
El mantenimiento del empleo en la planta de Nissan en Barcelona está garantizado. Durante nuestro encuentro de hoy en #Davos2020, el Gobierno de España y @Alliance_RNM hemos reafirmado nuestra voluntad para seguir trabajando juntos para asegurar la viabilidad de la factoría. pic.twitter.com/wUOJJtkwW4
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) January 22, 2020
En el mes de enero, Pedro Sánchez se reunía en el Foro Económico Mundial en la ciudad Suiza de Davos, con el presidente de Renault-Nissan-Mitsubishi, Jean-Dominique Senard, así como con la consejera delegada interina, Clotilde Delbos, y con el consejero delegado adjunto y director Mundial de Fabricación y Logística del Grupo Renault, el español José Vicente de los Mozos.
A la salida de la reunión, Sánchez aseguraba en la red social Twitter que «el mantenimiento del empleo en la planta de Nissan en Barcelona está garantizado».
NÚMERO Y VENTAS
Tras muchos años con una producción por debajo de su capacidad, unos números en ventas en Europa a la baja y una situación financiera nada boyante -a lo largo del jueves la marca anunciará sus pérdidas en el ejercicio fiscal 2019/2020- la multinacional japonesa ha decidido echar el cierre a esta factoría.
Su producción se trasladará a otros países de Europa, principalmente Francia, y la situación de los 3.000 empleados de la factoría de Zona Franca queda en el aire.
Los otros dos centros de la compañía en España, ubicados en Ávila y Cantabria, no corren peligro, ya que se dedican a la producción de componentes de automoción para otras fábricas europeas.
UNA HISTORIA QUE DUELE
En 1980 la compañía nipona desembarcó en España. En ese año, Nissan adquirió a la compañía canadiense Massey Ferguson una participación del 36% en Motor Ibérica. Aunque no sería hasta 1982 cuando la multinacional japonesa se hiciese con la mayoría del capital.
El anuncio de la salida se produce un día después de que la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi anunciase un nuevo modelo cooperativo de negocio según el cual cada una de las marcas se encargará de liderar la producción de vehículos en distintas regiones.
Bajo este esquema, Nissan sería referencia en China, Norteamérica y Japón; Renault en Europa, Rusia, Suramérica y África del Norte; y Mitsubishi en la Asociación de Naciones del Sureste Asiático y Oceanía.