Los coches eléctricos son, a medio y largo plazo, el futuro del automóvil.
A nivel mecánico no pueden ser más simples. El número de piezas móviles se reduce al máximo, apenas hay piezas de desgaste y son los motores más fiables conocidos por el ser humano.
Éstas son algunas de las ventajas de los coches eléctricos:
- Son más silenciosos.
- Son menos contaminantes tanto en términos globales como de contaminación local.
- Se recargan cuando están parados: en el garaje de tu casa, en el trabajo, en un centro comercial donde haya un punto de recarga. También se recargan durante el desplazamiento del vehículo (frenado).
- Se alimentan de una fuente de energía renovable y sosteniblei.
- Los motores eléctricos son más compactos, ligeros y simples que los motores de combustión interna. Al no quemar combustible, no precisan de un circuito de refrigeración ni de aceite. Además, son más eficientes que un motor térmicoi.
- Empujan desde 0 RPM entregando el par motor al instante.
- No necesitan cambio de marchas ni embrague. Por eso su conducción es muy cómoda, más incluso que en un coche térmico de cambio automático. Apenas generan vibraciones.
- Recuperan energía de las frenadas para recargar las baterías (en estos casos el motor eléctrico funciona como un generador eléctrico, recuperando parte de la energía cinética).
- Los motores eléctricos tienen mantenimiento muy reducido por su simplicidad mecánica.
- El coste energético por kilómetro de la carga eléctrica es muy inferior al del combustible para un vehículo térmico.
- Independencia con respecto al petróleo, un recurso limitado y sujeto a las fluctuaciones del mercado que además aumenta la polución y daña la atmósfera.
- Accesibilidad gratis en grandes ciudades.
Los vehículos eléctricos también tienen algunos inconvenientes que habría que matizar:
- Los coches eléctricos gozan de menos autonomía que los coches convencionales, aunque son ideales para moverse por la ciudad. Como coche urbano son perfectos. En un futuro, según avance la tecnología de las baterías, mejorará la autonomía.
- La inversión inicial suele ser mayor que al comprar un vehículo térmico, pero a la larga lo amortizas, ya que ahorras en combustible, en impuestos (hasta un 75% en impuesto de circulación) y en mantenimiento, y en según qué ciudades, el parking y el peaje te pueden salir gratis. Eso los hace rentables con vistas al futuro (lo que se conoce como TCO, o Coste Total de Propiedad).
- La energía de las baterías sólo puede provenir de enchufes de la red eléctrica, y es conveniente disponer de un punto de recarga vinculado; esto es, en el que el vehículo se carga habitualmente; por ejemplo, en el garaje o en el trabajo, pues las infraestructuras públicas de recarga (puntos de carga de oportunidad) aún no están tan extendidas (aunque sin duda iremos viendo cada vez más).
- Los tiempos de repostaje o carga pueden oscilar entre 30 minutos y 8 horas para una carga completa en un punto de carga vinculado específico para vehículo eléctrico. De hecho, las baterías no exigen cargarse al 100%, ni la descarga completa al no sufrir «efecto memoria». Por lo tanto, con una carga vinculada o de oportunidad puedes obtener una energía suficiente para tus necesidades.
- Las baterías se desgastan mínimamente con su uso y tienen una vida largai. De hecho, la vida útil de la batería siempre es mayor que la del vehículo. Además, la gestión electrónica que se hace de la batería evita el “efecto memoria” de otros dispositivos como los teléfonos móviles, evitando su desgaste.
¿Es rentable hoy un coche eléctrico?
Depende de varios factores.
Si tienes un garaje en propiedad o una plaza de aparcamiento de un garaje comunitario y quieres un vehículo fundamentalmente para moverte por la ciudad -porque eres urbanita y valoras las comodidades-, y además eres respetuoso con el Medio Ambiente, entonces el coche eléctrico está hecho a tu medida.
Evitarás tener que repostar y tendrás todo lo que necesitas al salir de casa. También es ideal para autónomos y taxistas.