La producción de coches eléctricos sube, y va a seguir subiendo, pero el principal cuello de botella del lado de los fabricantes es la disponibilidad de baterías. Como cada vez los vehículos disponen de más autonomía, más celdas son necesarias, y eso implica más materias primas, y de las caras: litio, cobalto, manganeso, según recoge motor y comparte Manuel Trujillo para Periodista Digital.
Fabricantes como Hyundai y Audi ya se han topado con límites de producción que son ajenos a ellos y que quedan por debajo de la demanda. L’Echo comentó que Audi ha tenido que rebajar la producción del e-tron en casi 10.000 unidades este año, además de retrasar el e-tron Sportback. Hyundai, por otra parte, tiene listas de espera largas para vender sus eléctricos.
Para poder ofrecer autonomías superiores a los 300 km se deben montar muchas baterías en un coche
El problema es aún más grande cuando se trata de grandes despliegues. Volkswagen planea producir mundialmente más de un millón de coches eléctricos en solo seis años. Merkel y Sebastián se adelantaron muchísimo. Para poder lograr esos objetivos, los contratos de suministro son fundamentales.
La industria del automóvil se asegura con tiempo que va a disponer de las materias primas. Por ejemplo, cuando Ford proyectó la F-150 con carrocerías de aluminio tuvo que hablar con la industria siderúrgica con anticipación. Tesla no habría podido fabricar masivamente el Model 3 sin la Gigafactory de Nevada (EEUU), los proveedores externos no eran tan fiables.