Era una cuestión de tiempo, pero hoy, 1 de julio, entra en vigor la nueva normativa europea que obliga a que todos los nuevos coches eléctricos que quieran tener la certificación para rodar por carreteras comunitarias tienen que hacer ruido. No se trata, por tanto, de igualar a los eléctricos con sus homólogos de combustión, sino que tiene que ver con una cuestión de accesibilidad en las ciudades: permitir a los invidentes saber cuándo se aproxima un vehículo eléctrico a baja velocidad, según recoge hipertextual y comparte Francisco Lorenson para Periodista Digital.
En este sentido todos los nuevos modelos coche eléctricos que requieran certificación tienen que llevar sí o sí instalado el «sistema de alerta acústica del vehículo» o AVAS. Este sistema lo que hace es que el coche eléctrico emita un ruido continuo de al menos 56 decibelios si el automóvil va a 20 km/h o más lento, para permitir que puedan ser fácilmente identificables por el sonido cuando van a baja velocidad.