El ESP ya es universal en los vehículos de la UE

Desde el pasado 1 de noviembre cualquier turismo o vehículo comercial por debajo de las 3,5 toneladas de peso matriculado en la Unión Europea deberá llevar control de estabilidad como elemento de serie entre su equipamiento de seguridad, un paso fund

El ESP ya es universal en los vehículos de la UE
esp universal2 The Motor Lobby

La mejora de la seguridad vial en Europa es una carrera en la que los fabricantes cuentan con una normativa actualizada que ya está plenamente vigente, y su repercusión será tan grande como la que en su día supuso la generalización del ABS. La generalización del uso del control de estabilidad, como generalmente se conoce al ESP, ha evitado ya más de 190.000 accidentes y ha podido salvar más de 6.000 vidas dentro de sus fronteras, y el punto de no retorno fue la famosa prueba del alce del Mercedes Clase A a finales de los 90 y su posterior inclusión como equipo de serie en este modelo.

Estos datos no sólo los refrenda la propia Unión Europea, sino que Bosch, principal fabricante de la tecnología que late detrás de este “angel de la guarda de la conducción”, aseguraba ya en 2011 que el ESP había salvado más de 1.000 vidas y evitado 33.000 accidentes, y eso que por entonces sólo el se montaba de serie en el 40% de los vehículos que se comercializaban. Desde el 1 de noviembre es obligatorio que lo lleven todos los turismos y los vehículos comerciales cuyo peso máximo autorizado no exceda las 3,5 toneladas, y esta es la mejor noticia para nuestro parque automovilístico.

En 2014, el 84% de los vehículos nuevos vendidos en la UE ya lo equipaban, pero en el resto del mundo su uso está menos generalizado. Según las estadísticas de Bosch, solo el 59% de los coches vendidos en el mundo en 2014 lo montaban, y se espera que tras la decisión de la Unión Europea sean muchos los estados que se adhieran a este pensamiento y normativa dado su calado en la seguridad en carretera. El ESP fue desarrollado por esta multinacional alemana a principios de los años noventa y comenzó a montarse en los primeros vehículos en el año 1995, Bosch ya ha fabricado más de 100 millones de unidades del ESP que ahora se monta desde las gamas de acceso.

El ESP funciona de manera automática e instantánea según las acciones del conductor sobre volante, acelerador y frenos, siendo capaz de comparar 25 veces por segundo si la trazada del coche coincide con la dirección deseada. Si los valores medidos no coinciden, el sistema interviene y reduce primero el par motor. Si eso no fuera suficiente, actúa sobre los frenos de cada rueda de forma individual, generando la contrafuerza necesaria para mantener al vehículo en la dirección correcta. No es un sistema milagroso y se pliega a las fuerzas de la física si se superan, pero consigue salvar muchas situaciones de peligro motivadas por inexperiencia al volante o condiciones adversas de la calzada, siendo un avance tecnológico fundamental para el sector que además ha experimentado una gran evolución en su desarrollo.

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