Los síntomas del cambio climático comienzan a ser evidentes incluso para los más escépticos en la materia. Todos los augurios parecen coincidir en que las temperaturas serán cada vez más extremas, sucediéndose estaciones con grandes heladas, como las experimentadas por amplias zonas de Estados Unidos hace apenas un mes (relacionadas, en ese caso, según revistagq con el fenómeno conocido como vórtice polar) y otras con calor desértico extremo. De llegar a cumplirse estos vaticinios podrían perjudicar seriamente al modelo de movilidad para un futuro a corto plazo por el que toda la industria parece apostar en la actualidad: el vehículo eléctrico.(Tesla cambia su modelo de negocio y sólo se podrán comprar sus coches eléctricos por Internet)
Coincidiendo, precisamente, con el reciente vórtice polar estadounidense, la Asociación Americana del Automóvil dio a conocer un estudio que corroboraba la sospecha de que los vehículos eléctricos pueden experimentar una disminución considerable de su autonomías si se ven sometidos a temperaturas extremas, agravada por el inevitable uso del climatizador interior del vehículo.(Este es el nuevo y lujoso coche eléctrico de la marca española en el Salón de Ginebra)
El informe de la de AAA revelaba que cuando el mercurio baja a -7º y se usa el climatizador para calentar el interior del vehículo, la autonomía se reduce en un 41%. Esto significa que por cada 160 kilómetros de conducción combinada ciudad / carretera, la capacidad de la batería a -7º se reduciría a 95 kilómetros. Así que la AAA insta a los propietarios de vehículos eléctricos a que cuando las temperaturas bajen bruscamente sean conscientes de una reducción en el alcance y la necesidad de enchufarse con más frecuencia para minimizar la posibilidad de quedarse tirado por una batería descargada.
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