Cosas que pasan en la carretera. En decenas de ciudades del mundo vemos auténticos cafres al volante. Esos que se acercan a un paso de cebra y aceleran, o circulan sobre el mismo saludando como el papa, un día de audiencia en el Vaticano, según recoge el autor original de este artículo 20minutos y comparte Vuelta Rápida GT para Periodista Digital.
También los hay que se desplazan con anteojeras, en línea recta y gritando por la ventanilla: “La calle es mía“, o casi. No se vaya a enfadar algun@ que se esté dando por aludid@.
¡¡¡No puede ser!!!
Y después está el caso de este conductor que lleva la educación a unos niveles inauditos, y cada vez que se incorpora a otro carril pide permiso al resto de vehículos. ¡¡¡No doy crédito!!!
Lo más curioso es la forma de hacerlo, con una serie de carteles que saca por la ventanilla para advertir de sus intenciones.
La mujer que graba la acción del ‘respetuoso piloto’ se queda a cuadros, como no podía ser de otra manera. Educación al poder y un toque de cachondeo que también viene bien cuando estás en medio de un atasco.
Hace un año ya me hice eco de varios casos de ‘karma funesto’, como el que puede tener un recién casado al que le ponen los cuernos en su noche de bodas. O-O Ya hay que tener el destino cruzado para que algo así suceda.
El karma, que es caprichoso, volvió a vengarse de un conductor que creyó que ponerse al volante era como coger el mando de una consola y jugar al Gran Turismo como si no hubiera un mañana. ¡¡¡Craso error!!!