El móvil se cuela cada vez más en la conducción, no solo porque mandemos, consultemos mensajes o atendamos llamadas mientras estamos al volante, sino también porque también se emplea cada vez más como GPS.
Sobre esta tendencia ha querido alertar la DGT que asegura que su utilización supone todo un riesgo, ya que multiplica por cuatro las posibilidades de sufrir un accidente. Según este organismo, los GPS dejan de ser una ayuda y se convierten en todo lo contrario cuando los manipulamos durante la conducción. Además, este organismo mete en el mismo saco a la radio y, por este motivo, nos insta a programar tanto la función de GPS de nuestro móvil, así como las emisoras de radio o CDs antes de iniciar el viaje.
Lo cierto es que este comportamiento ya era sancionable con la anterior ley de tráfico, pero ahora, a raíz de la nueva normativa que acaba de entrar en vigor, las multas se han agravado. De esta manera, nos encontramos con el siguiente escenario:
- Seis puntos: siempre que se circule sujetando el móvil con la mano y con independencia de si se está en movimiento o no. Por lo tanto, poco importará si estamos detenidos ante un semáforo o en un atasco, pues a todos los efectos se considera que estamos circulando.
- Tres puntos: cuando se manipule el teléfono móvil en pleno movimiento, pero el aparato se encuentre fijado a un soporte.
El móvil, la infracción más común
Lo cierto es que el móvil ya se ha alzado como una de las imprudencias más frecuentes al volante. Al respecto, durante la última campaña lanzada por la DGT, entre el 16 y el 22 de septiembre, ya se constató que de las 6.840 denuncias interpuestas, casi el 43 % se debió al uso del teléfono móvil mientras se conducía.
Sin duda, la DGT focaliza muchos esfuerzos en concienciar a los conductores sobre el peligro del uso de estos dispositivos cuando se conduce y en desarrollar normativa al respecto. Tanto es así que en 2018 puso sobre la mesa la posibilidad de que los seguros de coche no asumieran las reparaciones de vehículos accidentados a causa de una distracción con el móvil.
De esta manera, pretendía otorgar a las aseguradoras, en virtud del artículo 10 de la Ley sobre Responsabilidad Civil y Seguro en Vehículos a Motor, la facultad de usar el derecho de repetición contra el conductor que causara un accidente por culpa de esta distracción. Es decir, el seguro se ocuparía de pagar los daños a los terceros perjudicados, y posteriormente se dirigiría a su asegurado para reclamar la devolución de estas cantidades.
Parece que todavía no ha calado el mensaje de que emplear el móvil al volante es equiparable a conducir bajo los efectos del alcohol. Para acabar con esta mala costumbre de los conductores, la DGT despliega incontables medios. Así, a las habituales patrullas de la Guardia Civil, ha sumado 39 drones de los cuales 23 son capaces de denunciar infracciones. La intención es seguir incrementado su número a lo largo de 2022.