El sindicato de la función pública CSI-F afirmó este martes que no tiene «ningún problema» en que se evalúe la labor de los empleados públicos y recuerda que en el acuerdo del 25 de septiembre de 2009 con el Gobierno se incluía el análisis del desempeño de estos trabajadores.
«Ojalá hubiera un mecanismo de evaluación», afirmó en declaraciones a Servimedia el secretario nacional de Formación del Comité Ejecutivo Nacional del sindicato, Miguel Borra.
Sin embargo, advirtió de que en la mayoría de los casos no sería fácil encontrar un mecanismo «objetivo y conocido por los empleados públicos» que pueda medir la labor de los funcionarios. «Debemos partir de la base de que la labor de cuidar enfermos, ser policía o cartero, no es fácilmente medible», dijo.
Borra respondió así a las palabras del presidente de Mango y del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Isak Andic, en las que reclamaba que los nuevos funcionarios puedan ser despedidos.
Sin embargo, el dirigente sindical afirmó que estas declaraciones «demuestran un desconocimiento total y absoluto de cuál es la realidad de la función pública».
Así, recordó a Andic que la fijeza de los empleados públicos proviene de que «antes cada vez que cambiaba el Gobierno se cambiaba toda la administración». Sin embargo, ahora «el hecho de que la mayoría seamos fijos le da una continuidad y una objetividad a la administración».
Además, afirmó que los empleados públicos «no somos el problema», sino que si se busca una reducción del gasto «que miren a las empresas públicas».
En estas empresas, «los trabajadores no son públicos, sino del sector privado», y se debe mirar «si son o no necesarias».
También criticó que las declaraciones de Andic «no son, ni más ni menos, que volver a lo que pasa cada tres meses, una campaña para decir que los empleados públicos somos los culpables».
Sin embargo, agregó que «nadie pone en duda que no sobran médicos, policías o gente atendiendo detrás de la ventanilla». «No sobra nadie», sentenció.
