El llamado modelo austriaco fue una de las propuestas estrella del ministro Gómez
La financiación del despido, una de las claves de la reforma laboral, se ha convertido ya en papel mojado. El Gobierno Zapatero renuncia a regular el fondo de capitalización, un elemento medular en la norma aprobada hace ahora un año para saciar las ansias reformistas de los mercados, aunque sin excesiva convicción por parte de los agentes implicados.
El motivo es que la cuadratura del círculo comprometida en el texto legal se ha revelado imposible: articular una mochila de protección para cada trabajador pero sin elevar las cotizaciones empresariales.
El abandono del llamado modelo austriaco, que sustituye la indemnización al abandonar la empresa por el cobro de una cantidad acumulada en un fondo específico, no es la única enmienda que planea el Gobierno a la ley.
Trabajo proyecta otras modificaciones para intentar in extremis animar la contratación fija, el gran objetivo del proyecto laboral del Ejecutivo, que sin embargo se ha visto frustrado al caer la indefinida un 5% en el último año mientras la temporal crece el 10%.