La Constitución se puede reformar, pero antes hay que saber para qué la queremos reformar
Mariano Rajoy ha defendido este 12 de febrero de 2013 sus políticas reformistas y ha afirmado que «el afán reformista ni se distrae, ni flaquea ni se agota».
«Hemos hecho mucho pero no es suficiente y aún queda mucho camino por recorrer».
Con todo en su contra, asediado por la crisis, los datos del paro y los casos de corrupción, el presidente del Gobierno, participa este martes en las conferencias de The Economist con una intervención titulada «Más allá de la austeridad: volviendo a la senda del crecimiento».
«El mismo título es la constatación de un cambio», ha señalado Rajoy que se ha lamentado de que los medios internacionales «probablemente han hablado más de lo que nos hubiera gustado».
Mariano Rajoy se ha defendido ante el crecimiento de la tasa del paro alegando que «una cuarta parte de los empleos perdidos es del sector público».
Además, ha anunciado que la reforma de la administración pública estará detallada antes del verano.
Ha alegado que todo el conjunto de medidas de carácter estructural está llamada a mejorar la competitividad y ha asegurado que algunas de ellas como la reforma laboral «ya están dejando ver su efecto en la economía española».
«Las previsiones, compartidas por organismo internacionales, anticipan que en la última parte de 2013 la economía registrará tasas de crecimiento del PIB».
El presidente del Gobierno ha justificado, en el inicio de su intervención, las medidas adoptadas por el Gobierno y ha relatado cómo «teníamos perfectamente identificados los desequilibrios y nos pusimos a actuar para corregirlos».
Ha enumerado algunos de los ámbitos que el Gobierno se fijó: el endeudamiento administraciones públicas, la necesidad de saneamiento del sistema financiero y de hacer frente al endeudamiento de los hogares, el facilitar acceso de las empresas a la financiación y medidas aumentar la flexibilidad de la economía, tal como ha expuesto Mariano Rajoy.
Hace 15 días, en Chile, Rajoy ya evidenció el giro de su discurso, más centrado en el crecimiento que en la austeridad y la propuesta de medidas de estímulo en lugar de los recortes que han provocado intensas protestas.
Entre las medidas, la prórroga (hasta que el paro baje del 20%) de la ayuda de los 400 euros a parados de larga duración y la apuesta por el plan Pive, dotado de hasta 150 millones de euros para intentar frenar el desplome de la venta de coches.
Con sus iniciativas, el presidente de Gobierno pretendía un giro también en el comportamiento de los mercados pero los casos de corrupción en los que se ha visto afectado directamente han provocado incluso la elaboración de un informe por parte de la Comisión Europea que aunque considera «muy prematuro» mantener que pueden desestabilizar al Gobierno, sí que advierte de que «los inversores internacionales están siguiendo estrechamente la situación».
«Junto con la reforma aún por concluir del sistema bancario y las incógnitas sobre la estructura institucional (reforma de la Administración local, reforma del Banco de España, creación de una autoridad fiscal independiente, división de poder con las comunidades e independencia de Cataluña) la corrupción es otro lastre para la confianza de los inversores en España».
Hace apenas cuatro meses, el semanario británico calificó a Rajoy de «misterioso» por su forma de esquivar las preguntas y la decisión sobre el rescate y el problema creciente en las autonomías en España.
Hace apenas tres días, The Economist dedicó otro artículo a España en el que explicaba a sus lectores qué es un «chorizo» para contar el caso Bárcenas.
LA CONSTITUCIÓN QUE NOS UNE
«La Constitución se puede reformar«, ha señalado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy quien ha precisado que antes «hay que saber para qué la queremos reformar».
Según ha dicho son necesarias tres cosas:
- saber para qué la queremos reformar
- un consenso básico
- el momento oportuno
Mariano Rajoy ha defendido que hay consensos que se deben respetar y ha apostado por mantener «algo que nos unió a todos», en referencia a la Constitución.
«Con Cataluña nos une todo», ha afirmado el líder del Ejecutivo al abordar la reforma constitucional que precisaría el afán soberanista catalán sobre el que además ha reiterado que «de ninguna manera se me puede pedir que incumpla la ley».
Aunque en su intervención apenas ha aludido a la corrupción, el presidente del Gobierno no ha podido eludir las preguntas.
Para Mariano Rajoy, el problema no se soluciona con un cambio de leyes «sino con el cumplimiento» de las mismas, tal como ha señalado al ser preguntado por la ley de financiación de partidos sobre la que anunciará mejoras en los próximos días.
«España es un país con controles, que tiene ahora sus dificultades económicos, tiene también sus problemas políticos, pero España es un país serio que ha mejorado muchas cosas en los últimos años».