Una empresa especializada en la organización de espectáculos, como deja patente su eslógan: «Lo mejor para sus fiestas»
Los dirigentes de la Unión General de Trabajadores de Andalucía (UGT-A) no sólo exportaron su negocio de formación a siete países de Centroamérica y el Caribe con fondos públicos de la Junta de Andalucía.
Revela Antonio R. Vega este 19 de noviembre de 2013 3n ‘ABC‘ que también se llevaron al otro lado del Atlántico su afición al marisco y a otras actividades de entretenimiento como karaokes y cenas amenizadas con Mariachis, gastos que fueron endosados a una subvención concedida en 2006 por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para montar ocho sucursales de formación destinadas a cuadros sindicales de Nicaragua, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Panamá y República Dominicana.
El verdadero destino de la ayuda de 1,8 millones de euros, que tenía «carácter excepcional», era un proyecto de UGT-A que llevaba por título «Integración y Fortalecimiento Sindical en Centroamérica y El Caribe» (Proinfos).
Fue otorgada por un organismo dependiente del entonces consejero de Presidencia, Gaspar Zarrías, militante a su vez de UGT.
Sin embargo, las facturas y documentos contables en poder de ‘ABC‘ ponen de manifiesto que dentro de su misión de adoctrinamiento sindical entre las confederaciones de trabajadores de diferentes nacionalidades no todo fueron lecciones sobre técnicas de negociación colectiva, manejo de Power Point o las bondades de la concertación institucional como pasaporte para lograr la paz social y crear empleo mediante la gestión de programas para desempleados.
La central que dirigía hasta el pasado mayo Manuel Pastrana acabó cargando a las arcas públicas la factura de una mariscada en el restaurante «La Princesa Marina», ubicado en la capital costarricense, San José.
El 16 de agosto de 2007, miembros de UGT-A convidaron a cena a las responsables del Comité de Mujeres de la Coordinadora Sindical de América Central y el Caribe (Csacc).
Pidieron dos mariscadas, platos de pollo propios de la gastronomía local y bebidas como Baileys, según detalla el recibo, pagado con tarjeta y presentado después a la Junta para justificar el gasto como «imprevistos» dentro de su acción solidaria en el país americano.
Pero hay más. En la relación de facturas aparece otra de 40.000 colones emitida por Disco Fiesta Karaoke, una empresa especializada en la organización de espectáculos, como deja patente su eslógan:
«Lo mejor para sus fiestas».
El sindicato organizó una fiesta con karaoke coincidiendo con la celebración del seminario organizado en San José el 17 de agosto de 2007.
Los organizadores también desgustraron la gastronomía local de El Salvador. En la relación de gastos imputados a la Junta aparecen tres facturas de comidas, que suman 345 euros, en el Restaurante Gold Street de la capital salvadoreña, que ofrece una selecta carta de carnes, mariscos, gallina cien por cien india.
Pero el plato fuerte es la oportunidad de disfrutar todas las noches de espectáculos de música en vivo con grupos de mariachis.