UGT y CC.OO. han remitido una carta a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, en la que le instan a que suba progresivamente el salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 800 euros en 2016, desde los 645,30 euros brutos mensuales actuales, para que se acerque al 60% del salario medio neto que recomienda la Carta Social Europea.
Los sindicatos, que quieren que el Gobierno se siente a negociar estas mejoras, precisan que para el próximo mes de enero el SMI debería situarse ya en los 725 euros mensuales (+12,5%), para aumentar el 10,2% restante en 2016.
Además, ante la decisión de congelar por quinto año consecutivo el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (Iprem), según consta en el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2015, los sindicatos exigen la mejora de este indicador para que garantice, como mínimo, el mantenimiento de su valor real a lo largo del tiempo, mediante un mecanismo que cada año corrija la posible desviación entre el IPC real y el incremento inicial del Iprem.
Los sindicatos explican que entre los años 2000 y 2012, el SMI experimentó una continua mejora, pero que en los últimos cinco años ha perdido 5,4 puntos de capacidad adquisitiva, debido al incumplimiento del procedimiento y los criterios para fijar el aumento del salario mínimo, que se reflejan, según apuntan, en el Estatuto de los Trabajadores.
Por otro lado, desde su creación en 2004, el Iprem ha evolucionado al ritmo marcado por el objetivo de inflación del BCE (2%) o incluso por encima. Sin embargo, su moderación en 2010, al crecer un 1%, y su posterior congelación desde entonces «ha provocado una creciente pérdida que, hasta 2014, se sitúa en 6,3 puntos», según las centrales sindicales, que elevan esta pérdida hasta los 7,2 puntos en el caso de que también se acabe por congelar en 2015.