La bajada acelerada de la moneda desde marzo del año pasado, en torno al 24%, tendrá importantes efectos para nuestra economía

La caída del euro permitirá a España crear 280.000 empleos

Por cada 10% que cae la moneda común el PIB nacional avanza cinco décimas

La caída del euro permitirá a España crear 280.000 empleos
Euro, banca, sistema financiero y España en crisis. TE

El primero de ellos es que sumará algo más de un punto al crecimiento del PIB; el segundo, que este estirón de la economía permitirá a nuestro país generar cerca de 300.000 empleos a tiempo completo

La caída acelerada que el euro ha venido registrando desde marzo del año pasado, en el entorno del 24%, va a tener importantes efectos para nuestra economía.

El primero de ellos es que sumará algo más de un punto al crecimiento del PIB; el segundo, que este estirón de la economía permitirá a nuestro país generar cerca de 300.000 empleos a tiempo completo, más de la mitad de los que el Gobierno prevé crear este año.

En un informe publicado recientemente, el BBVA Research calculaba que cada 10% que el euro se deprecia frente al dólar, impulsa nuestra riqueza cinco décimas.

Teniendo en cuenta que en el último año, es decir, desde marzo de 2014, la moneda común ha perdido un 24% de su valor, el efecto sobre nuestra economía sería de algo más de un punto.

Escribe Ingrid Gutiérrez en ‘El Economista’ que sus fuentes explican que este resultado surge al tomar en consideración los datos de Contabilidad Nacional publicados en el último trimestre de 2014 por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El pasado ejercicio el empleo creció un 2,4% en nuestro país (se generaron 392.000 puestos de trabajo a tiempo completo).

Dado que la economía repuntó un 1,4%, si dividimos estos dos porcentajes puede decirse que el crecimiento del PIB ha tenido un efecto multiplicador del 1,7% sobre el empleo.

Es decir, que por cada punto de avance de nuestra riqueza, el empleo crecería en 280.000 puestos de trabajo a tiempo completo.

Dado que el efecto del abaratamiento del euro sobre el PIB será de algo más de un punto, estaríamos hablando de cerca de 300.000 empleos más gracias a la bajada de la moneda común.

El Ejecutivo anunció a comienzos de año que en España se crearían en torno al millón de empleos entre 2014 y 2015. Si el año pasado el empleo aumentó en 417.000 personas y en 2015 lo hará en torno a 600.000, solo el euro permitiría generar la mitad de estos últimos.

Sin embargo, la sombra de la moneda europea es mucho más alargada. Almudena Semur, gerente del Instituto de Estudios Económicos (IEE) incide en que su depreciación, unida a la recuperación de la eurozona, serán los factores que favorecerán el aceleramiento de nuestro ritmo exportador y esto servirá para disminuir la contribución negativa del sector exterior.

«Los buenos datos de crecimiento de nuestro país y el fuerte dinamismo del mercado laboral en febrero, no hacen otra cosa que reflejar que nuestra economía podría estar creciendo a ritmos anualizados del 3%».

El petróleo, ayuda

Por otro lado, considera que el impacto de las medidas adoptadas por el BCE -que están sirviendo para mejorar las condiciones financieras-, que sin lugar a duda reactivarán la inversión y el crédito, así como la bajada del precio del petróleo, serán otros dos factores que ayudarán a que nuestra recuperación gane intensidad.

En este sentido, María Jesús Fernández, analista de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), destaca precisamente el hecho de que la factura energética también se está reduciendo para nuestro país -uno de los más dependientes en este ámbito de nuestro entorno-, gracias a que el crudo de referencia en Europa, el Brent, ha visto menguar el precio de su barril en más de un 50% desde sus máximos.

Un petróleo caro sí hubiera supuesto un problema en un momento como el actual. La debilidad del euro también habría sido un asunto peliagudo para nuestra deuda frente al exterior. Sin embargo y, dado que ésta también está denominada en euros, su flaqueza no nos perjudica.

Ganar competitividad

Los expertos remarcan también que, ahora que España ha diversificado los mercados con los que realiza intercambios comerciales (más del 50% de nuestras ventas en el extranjero se dirigen fuera del área del euro), una moneda más barata nos permite ganar en competitividad.

Las empresas exportadoras se ven beneficiadas por una doble vía, como detalla Fernández.

Sus productos se hacen más interesantes en mercados ajenos al europeo y, al mismo tiempo, estas compañías pueden aprovechar para elevar algo los precios (movimiento que se ve compensado por un euro bajo) y subir algo sus márgenes. Esto, sin duda, supone algo de oxígeno tras los duros años de crisis.

Esa mayor rentabilidad podrá traducirse en una mejora de la inversión y acabará repercutiendo, igualmente, en el empleo. Con todo, María Jesús Fernández apunta a que habría que relativizar algo más el impacto de la devaluación del euro sobre las exportaciones.

Pese a todo, Semur es muy clara a la hora de asegurar que España no puede desperdiciar esta oportunidad.

«Es necesario no relajarse, y dadas las bajas tasas de inflación, cualquier deterioro de la competitividad supondrá una limitación para la recuperación de la economía española, de ahí que sea necesario recordar que es bueno continuar con la moderación salarial».

El efecto no será pasajero

Y por si los inversores o cualquier otro agente en el mercado pudiera pensar que estamos ante un hecho coyuntural, Goldman Sachs dejó claro ayer que la caída del euro llega, de momento, para quedarse.

El primer banco de inversión del mundo reduce drásticamente sus previsiones y contempla que la moneda europea marcará un nuevo mínimo histórico frente al dólar en 2017, cuando su cambio quedará fijado en 0,80.

La entidad estadounidense prevé, además, que el año que viene quedará en la paridad o ligeramente por debajo. Esta perspectiva es más pesimista que la del resto de grandes entidades financieras.

Tanto es así, que los analistas del Deutsche Bank calculan que la divisa europea cerrará 2015 en la paridad con el dólar, que se situará a mediados de 2016 en niveles en el entorno de 0,90 dólares y contemplan, un descenso aún mayor en 2017, hasta los 0,85 dólares.

Estas perspectivas se dan a conocer solo unos días después de que el Banco Central Europeo anunciase su macroprograma de compra de deuda pública y privada, el esperado Quantitative Easing (QE), que ha acelerado el proceso de devaluación del euro.

En cualquier caso y previsiones al margen, habrá que esperar a ver qué sucede con la Reserva Federal y si Janet Yellen mueve ficha o anuncia su próximo movimiento en la reunión que el banco emisor estadounidense celebrará la semana que viene.

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