El PP ha incluido en su programa electoral la introducción, previo debate en el diálogo social, de un fondo de capitalización individual «al estilo del conocido como ‘sistema austríaco'», que los trabajadores podrían mantener durante toda su vida laboral y que se haría efectivo en los supuestos de despido, de movilidad geográfica, de desarrollo de actividades de formación o en el momento de la jubilación.
Esta iniciativa no es nueva, pues ya estaba plasmada en el programa con el que los ‘populares’ llegaron a La Moncloa hace cuatro años, aunque finalmente no se ha puesto en marcha. También trató de implementar un fondo similar el ministro de Trabajo del anterior gobierno socialista Valeriano Gómez, en 2011. Sin embargo, los socialistas desistieron entonces en su idea después de crear un grupo de expertos para valorar su viabilidad y constatar que no podría constituirse tal fondo sin subir las cotizaciones sociales en al menos 1,5 puntos porcentuales. El PP engloba este punto en un epígrafe que titula ‘Utilizaremos las cotizaciones sociales para fomentar el empleo indefinido’ y pone al ‘modelo austríaco’ como ejemplo de mecanismo que permitiría reducir la dualidad del mercado laboral. Este sistema en el que, a falta de mayor definición, insiste el PP, tuvo su primera experiencia en Austria en 2002 y consiste en la creación de un fondo individual para cada trabajador a partir de aportaciones empresariales. Se trata de una ‘mochila’ que el empleado puede llevar consigo de una empresa a otra para hacer uso de ella en eventuales circunstancias y que, en el momento del despido, podría suponer menores costes para el empresario. TAMBIEN AL MISMO TIEMPO «COTIZACIONES NEGATIVAS». El PP anticipa, por otro lado, que, para priorizar el empleo de jóvenes y parados de larga duración, pondrá en marcha un sistema de «cotizaciones negativas» que incentive la contratación de los jóvenes inscritos en la Garantía Juvenil, como desarrollo de este programa. Además, los ‘populares’ anuncian un sistema de ayudas para facilitar el retorno a los estudios y a la formación de estos jóvenes. Para los parados de larga duración, el PP garantiza que todos los desempleados en esta situación dispondrán de un diagnóstico individualizado que permita realizar un plan personalizado de inserción antes de cumplir los 18 meses en el desempleo. Además, el programa electoral del PP apunta a la flexibilización del régimen de aplazamientos en las cotizaciones de los trabajadores autónomos, para reforzar los mecanismos de segunda oportunidad, y la articulación de un sistema para que estos trabajadores dispongan de mayor flexibilidad y capacidad de elección de sus cotizaciones. Otras de las propuestas se encaminan a seguir poniendo el acento en la flexibilidad interna en el seno de las empresas, en un «marco de relaciones laborales equilibrado», que facilite los acuerdos entre empresarios y representantes de los trabajadores y la adaptación a la realidad de las empresas. Asimismo, el PP quiere modernizar el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) con la creación del Instituto Nacional de Talento en el Empleo. Su objetivo será reforzar las competencias de los desempleados para aumentar su empleabilidad. En este sentido, el programa también apuesta por impulsar el tratamiento personalizado de los desempleados ajustado a sus necesidades y por reforzar la cartera común de los servicios públicos de empleo. En otro orden de cosas, el PP quiere fomentar la formación profesional dual y prevé crear un foro público-privado y una comisión de expertos independientes sobre digitalización y empleo en España. LUCHA CONTRA EL FRAUDE EN EL EMPLEO. Por último, el PP centra parte de su programa electoral en la lucha contra el fraude en el empleo, para lo que, entre otras cosas, prevé poner en marcha el Plan Estratégico de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social 2016-2020. Asimismo, los ‘populares’ quieren aprobar una nueva Ley de Infracción y Sanciones en el Orden Social (LISOS), para adaptarla a las nuevas realidades del mercado de trabajo y a las nuevas formas de fraude.
