Cuando las personas tenemos un problema solemos no parar hasta encontrar dónde radica el mismo

Corregir lo justo, ni más ni menos

Corregir lo justo, ni más ni menos
El cerebro del genio inventor. PD

No se puede corregir nada que no sabemos en qué falla. Por tanto, para corregir es necesario concretar o de lo contrario acabaremos escoñando lo que funciona bien. El resto os lo explico con una anécdota de Ernest Hermingway. La clave es corregir siempre lo justo, ni más ni menos.

Cuando las personas tenemos un problema solemos no parar hasta encontrar dónde radica el mismo, qué lo ha provocado y cómo solucionarlo. Se trata de un mecanismo propio de los seres humanos, como lo es el no cesar hasta acordarnos de una palabra, un nombre… a los que apelamos en un momento dado.

Pero corregir es un arte. Sí, un arte, y no todo el mundo sabe hacerlo bien. Y lo digo porque en este ejercicio muchas veces acabamos corrigiendo las cosas que funcionan bien y no las que tambalean nuestra mente (HOT OR NOT: Una divertida herramienta para testear la seducción de políticos, periodistas, artistas, empresarios y otros ‘perlas’).

Y es más, diría que en la mayoría de las ocasiones, las cosas van mal cuando algo básico no está bien resuelto o cuando se le ha dejado de prestar la atención que requiere. Incluso me atrevo a decir que ese algo que falla siempre suele ser algo concreto, no genérico; y si es genérico, mejor que te olvides del tema porque ya no es un problema, es un drama.

En cierta ocasión, Patrick, el hijo de Ernest Hermingway, le dio a su padre un manuscrito y le pidió que se lo corrigiese. Poco después se lo devolvió, pero Patrick parecía contrariado:
-¡Sólo me has cambiado una palabra!, le recriminó como quien no hace bien su trabajo. A lo que el gran Ernest contestó: «Si es la palabra correcta es más que suficiente».

Con todo ello, me atrevo a decir que, si algo funciona, no lo cambies. Si algo funciona mal, cambia lo justo. Pero no cambies nunca todo, porque en cada cosa siempre hay algo válido o aprovechable. La cuestión es encontrarlo con inteligencia y a fuego lento, como los grandes guisos de mi amigo Martín Berasategui. Esos en los que una pizca de sal arriba o abajo te hacen triunfar o «cagarla», ¿no creéis?

Carlos Alonso
Escritor y conferenciante

(HOT OR NOT: Una divertida herramienta para testear la seducción de políticos, periodistas, artistas, empresarios y otros ‘perlas’)

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Carlos Alonso

Experto Actitud, Comunicación, Liderazgo, Marca personal, Motivación, Optimismo y el arte de Reinventarse.

Lo más leído