Se necesita emplear y pagar sueldo dignos a todas esas personas
Se espera que el desempleo a nivel mundial supere los 200 millones de personas por primera vez en la historia, según la Organización Internacional del Trabajo. Las transiciones no son sencillas y el mundo encara hoy la de la Cuarta Revolución Industrial, que podría destruir millones de puestos de trabajo.
Aunque muchos saldrán ganando con estos cambios otros tantos saldrán muy perjudicados. El desempleo podría ser si no lo es ya una nueva epidemia por lo que hay que actuar de forma coordinada para erradicarla.
Tal y como señala la economista estadounidense Pavlina R. Tcherneva, profesora de Economía en el Bard College, «el desempleo mata. Varias investigaciones muestran que uno de cada cinco suicidios guardan relación con el desempleo, la falta de trabajo aumenta la tasa de mortalidad de los hombres…
El impacto negativo del desempleo afecta de forma mental y física a la salud. Además, erosiona de forma evidente el nivel de satisfacción con la vida», explica esta experta en el Institute for New Economic Thinking.
Para ella los efectos de esta lacra no acaban ahí, el desempleo también está relacionado con el aumento de la criminalidad y ciertas actividades delictivas: «La conexión entre desempleo juvenil y la criminalidad es realmente preocupante y más cuando hay 74 millones de jóvenes desempleados en todo el mundo», explica la profesora Tcherneva.
En lo que se refiere a lo económico puramente, el paro es uno de los grandes amplificadores de la desigualdad económica.
El desempleo está afectando sobre todo a los menos cualificados y posiblemente a las personas con una riqueza inferior a la media.
Además, el desempleo de larga duración lastra el PIB potencial de las economías, puesto que ese capital humano inutilizado va perdiendo propiedades, es decir, los parados tienen más dificultades para ‘reciclarse’ y volver a ser útiles en el proceso productivo.
¿Existe una solución?
Los gobiernos del mundo, en lugar de aceptar los elevados niveles de desempleo e intentar paliar ese dolor con prestaciones y subsidios, deberían actuar de forma proactiva.
«Las políticas fiscales y monetarias se deben usar para producir crecimiento económico impulsado por la inversión», explica la profesora del Bard College.
Es necesario que todos aquellos que quieran trabajar lo puedan hacer por un salario decente, se «necesita un Plan Marshall Mundial para el desempleo», asegura la economista.
Mientras que los economistas siguen buscando redescubrir la política monetaria, la voces que piden mayor acción a la política fiscal crecen en todos los lugares. Cada vez más expertos defienden un aumento de la inversión pública… Los gobiernos tendrán que responder a los retos económicos, sociales, políticos y ambientales con la soberanía fiscal, de lo contrario se tendrán que aplicar medidas de emergencia de forma forzosa».
Tcherneva sostiene que no hay que incidir más en prestaciones o en la creación de trabajos precarios, «un Plan Marshall global ofrecería oportunidades a los desempleados en cada país, solucionando los problemas de forma específica en cada región… El mundo se está enfrentando a las consecuencias del cambio climático, por lo que sería de ayuda poner a trabajar a los desempleados en un Global Green New Deal, que incluyese proyectos respetuosos con el medio ambiente, infraestructuras, atención a las personas; y es que no escasean los proyectos que requieren urgencia».
Para esta economista las prestaciones por desempleo son insuficientes e ineficaces, por lo que «es hora de modernizar el Estado de Bienestar para cambiarlo desde una red de seguridad para los desempleados a una red de seguridad para empleados… Unas medidas así no sólo funcionan como la mejor política anti-cíclica sino que también son la cura para la epidemia del desempleo y prevenir todos los costes asociados».
