El catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull

Santiago Niño Becerra: «Parte de la solución a las pensiones es que los trabajadores no se jubilen»

"El resumen es obvio: los salarios son decrecientes, las pensiones crecientes"

Santiago Niño Becerra cree que lograr la sostenibilidad de las pensiones va a ser una misión imposible, a no ser que se realicen recortes profundos o que los trabajadores no se jubilen nunca.

El catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull muestra en La Carta de la Bolsa que analizando la tendencia de los salarios reales, la pensión media y el ratio de población ocupada por pensionista se puede concluir que las pensiones tal y como las conocemos hoy no son sostenibles.

«El resumen es obvio: los salarios son decrecientes, las pensiones crecientes y la tasa de cobertura cayendo. Y a lo que lleva eso es a recortes en las pensiones».

Posibles soluciones

Becerra cree que los economistas y políticos que aseguran que las pensiones no se van a recortar podrían estar siendo demasiado optimistas. Se habla de crear un impuesto para ayudar a financiarlas, pero lo cierto es que decidir quién va a ser el sujeto pasivo (el que tiene que pagar) que tenga que cumplir con esa obligación no será tarea fácil.

«La presión fiscal en España es menor que en la mayoría de los países europeos, pero eso es a nivel medio, bajando al detalle y comparando con las bases imposibles, ¿ustedes creen que ‘el español medio’ (lo que sea que eso signifique) está en disposición de soportar una mayor detracción de sus ingresos en forma de un mayor pago de impuestos? La respuesta es que no».

Para buscar una posible salida a esta compleja situación, Becerra cree que:

«parte de la solución está en que quienes trabajen no se jubilen, lo que no gustará nada a la mayoría de empresas porque un trabajador antiguo es mucho más caro que uno joven siendo las condiciones laborales del primero más caras que las del segundo, y como en España el coste laboral es parte fundamental de la competitividad».

Parece imposible aportar una solución creíble:

«los ingresos por cotizaciones sociales tienden a la baja porque la mayoría del trabajo cada vez vale menos, y eso afecta/rá a quienes trabajen: el desempleo estructural tiende a más».

Por eso, quizá los trabajadores tengan que trabajar hasta el último día de sus vidas.

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