Si tienes claro que no te vas a ir a la competencia, responde rápido y de forma muy correcta, para no cerrar esa puerta en el futuro
Cuando una empresa debe acudir al mercado a buscar un nuevo trabajador para ampliar su plantilla, siempre tiene la tentación de mirar en las empresas de la competencia.
Estos empleados tienen la ventaja de que, al estar ya en el sector, lo conocen y pueden tener una adaptación más rápida y empezar a ser productivos más rápido.
«E incluso puede traerse a algún cliente», apunta José Jiménez Alonso, especialista en selección y captación de talento, en un artículo en el portal de empleo Infojobs. Además, su baja puede hacer daño a la compañía que abandona, aunque «no creo que sea el motivo buscado, más bien una consecuencia», incide el experto.
Pero, desde el otro lado, ¿cómo debe enfrentarse un trabajador al interés de la competencia? En los últimos tiempos, con el desarrollo de los portales de empleo y de las redes sociales profesionales, este tipo de contactos entre empresas y empleados de la competencia se han vuelto más habituales.
«Recibir un mensaje de la competencia te pone en alerta, sobre todo cuando no estás buscando trabajo y te preocupa que tu empresa se entere», advierte Jiménez Alonso.
¿Cuál es el problema? Que la empresa actual descubra los contactos y ponga en duda la lealtad del trabajador. «¿Qué pensarán de mi si se enteran de que he ido a una entrevista laboral en otra empresa?».
El lado positivo
Tras el susto inicial, el trabajador vive sensaciones encontradas. Por un lado, el interés de la competencia es un halago, un reconocimiento al trabajo bien hecho. Pero irse a una empresa rival puede ser para muchos empleados poco ético.
Se puede valorar como una oportunidad que no se puede dejar pasar, al menos para estudiarla. Aunque no haya ninguna intención de dejar la compañía actual, siempre hay interés en saber cómo está el mercado laboral, y cómo valora el sector la experiencia acumulada.
«Cualquier decisión que se tome (irse a la otra empresa o quedarse en la misma) es legítima, así que hay que quitarle hierro al asunto», aconseja el experto.
«Hay que tomarse un tiempo para reflexionar, en frío, y evaluar los pros y los contras, los objetivos…. Moverse solo por motivos económicos o por hacer daño a tu empresa actual a la larga sale caro».
«Si tienes claro que no te vas a ir a la competencia, responde rápido y de forma muy correcta, para no cerrar esa puerta en el futuro».
