De los 46 millones largos de habitantes que tiene España, la quinta parte -aproximadamente 9 millones- son pensionistas.
Y en diciembre de 2019 cobraron en conjunto la friolera de 9.759,8 millones de euros, lo que supone un aumento del 4,74% con respecto al mismo mes del año anterior.
Las pensiones de jubilación suponen el mayor gasto, acumulando 6.963 millones de euros por encima de las pensiones de viudedad, que suponen 1.692 millones de euros, incapacidad permanente, que son 941 millones), orfandad, que son sólo 138 millones y las de favor familiar, que apenas llegan a los 25 millones.
Son cifras astronómicas, sobre todo si se tiene en cuenta que el número de españoles que trabaja ni siquiera llega a los 20 millones de personas.
Ante esta situación, surge inevitablemente una pregunta: ¿Está en peligro este sistema de previsión social tal y como lo conocemos?
La realidad es que la recaudación de la Seguridad Social es insuficiente para hacer frente a ese gasto en pensiones y arrastra ya un déficit por encima de los 17.000 millones.
El ministro de Seguridad Social de Pedro Sánchez, el socialista José Luis Escrivá, ha iniciado su mandato con la promesa de acabar «rápido y de forma eficaz» con el déficit de la Seguridad Social, algo que parece poco compatible con la decisión de revalorizar las pensiones con el IPC y subirlas un 0,9% este año, lo que supone incrementar el gasto en 1.400 millones de euros sólo en 2020.
Ante las flaquezas del actual sistema, es normal dudar sobre si las generaciones futuras dispondrán de esta prestación. Se da por descontado que la gente cobrará, pero queda en el aire el cuánto y el cuándo.
Y hay otras incógnitas como saber ¿cuántos años tendremos que cotizar? ¿qué media utilizarán para el cálculo? ¿Y cuánto dinero recibiremos?
Una de las alternativas para futuros pensionistas puede consistir en una combinación entre el sistema público y privado, pero por simple justicia hay que partir dela premisa de que el público debe garantizar una pensión mínima digna.
Por el momento y tras la reciente subida, la pensión media se sitúa en 1.153,84 euros al mes. El problema de las medias es que no reflejan siempre la realidad: la mitad de los jubilados españoles no llegan a 900 euros al mes y por debajo de esa cifra hay muchas
pensiones mínimas y no contributivas.
Tampoco es igual el reparto por territorios y regiones.
Las pensiones de jubilación más altas, la media, esta en las provincias del País Vasco según los datos de la oficiales de la Seguridad Social: Vizcaya (1.437,60 €), Álava (1.422,67 €) y Guipúzcoa (1.359,19 €).
Después y en orden descente vienen Asturias (1.380,55 €), Madrid (1.338,77 €), Navarra (1.293,66 €), Valladolid (1.284,05 €), Ceuta (1.244,28 €), Zaragoza (1.240,74 €), Cantabria (1.216,39 €), Guadalajara (1.210,35 €), Burgos (1.201,20 €), Barcelona (1.199,38 €), Melilla (1.192,01 €), Cádiz (1.178,5 €) y Palencia (1.165,83 €).
