La mayor restructuración bancaria de la historia

‘Carnicería’ laboral en CaixaBank: cierre de 1.534 oficinas y 8.291 despidos

El nuevo superbanco ha descartado las prejubilaciones y tratará de que las salidas se produzcan con arreglo a la voluntariedad

'Carnicería' laboral en CaixaBank: cierre de 1.534 oficinas y 8.291 despidos
Jordi Gual y Gonzalo Gortázar, en la junta general de accionistas de CaixaBank. PD

Nadie se irá de CaixaBank  con una mano delante y otra detrás o quedará en la indigencia, pero la ‘carnicería’ es antológica.

La dirección de CaixaBank ha planteado el despido de 8.291 personas (el 18% de la plantilla) y el cierre de 1.534 oficinas (el 27% de la red actual), convirtiéndose en la reestructuración de mayor envergadura realizada hasta el momento en el sector bancario español, según fuentes de la reunión consultadas por Europa Press.

El banco ha descartado las prejubilaciones y tratará de que las salidas se produzcan con arreglo a la máxima voluntariedad y la meritocracia. A pesar de que se preveía que gran parte de las salidas fuera asumidas por los mayores, el banco pretende que el ajuste sea equilibrado y afecte en un 50% a mayores de 50 años y la otra mitad a menores de este límite de edad.

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Esta primera oferta puesta sobre la mesa por CaixaBank se enmarca en el procedimiento de despido colectivo que va a acometer como consecuencia de la absorción de Bankia, aunque la afectación final dependerá del empeño y el esfuerzo de la mesa negociadora.

Tras la fusión con Bankia, CaixaBank cuenta actualmente en España con 44.400 empleados, sin contar personal de las filiales, que no están afectadas por el ajuste, y dispone de 5.639 oficinas en España.

La entidad habría explicado a los sindicatos que las causas del ERE son productivas y organizativas, derivadas principalmente de la fusión entre CaixaBank y Bankia, y de la realidad del mercado, tanto por la persistencia de tipos de interés negativos como del avance de la digitalización de los clientes.

CaixaBank anunció a principios de mes su intención de iniciar un procedimiento de despido colectivo, previsto en el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores, con afectación a todos los centros de trabajo de la entidad, así como la modificación sustancial de las condiciones de trabajo, de acuerdo con el artículo 41 de dicho Estatuto.

No obstante, la cifra comunicada este martes ha sido algo más contundente de la esperado por los sindicatos, que creían que el ajuste podía situarse entre los 7.000 y 8.000 afectados, y finalmente ha superado la barrera de los 8.000.

Además, CaixaBank se ha comprometido a poner en marcha un plan de recolocación para que la gente que abandone la entidad encuentre un nuevo empleo en el periodo más corto posible.

Respecto a oficinas, el podrecimiento se saldará con el cierre de 1.534 de ellas y los criterios se basarán en el tamaño del municipio y competencia bancaria en la plaza; la distancia entre oficinas de ambas entidades; la cuota de presencia y solapamiemtos; evitar la exclusión financiera y potenciar oficinas de mayor tamaño y especialización.

La entidad, presidida por José Ignacio Goirigolzarri y cuyo consejero delegado es Gonzalo Gortázar, suma 623.800 millones de euros en activos totales en España, lo que la convierte en el banco de mayor dimensión del mercado doméstico.

La ministra portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha asegurado este martes que, en la medida que el Ejecutivo “pueda influir”, va a “trabajar” para «minimizar” el impacto de los 8.300 despidos planteados por CaixaBank a los sindicatos, pero recalcando que, si no se hubiese producido la fusión con Bankia, “seguro que estaríamos asistiendo a un expediente muy superior al que tenemos por delante”.

Durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la ministra ha asegurado que “el Gobierno siempre lamenta que cualquier empresa y, más con el volumen que usted expresa, vaya a promover un ERE”. Sobre todo “cuando saben que estamos haciendo esfuerzos titánicos a través de los ERTE” para “contener” las salidas de trabajadores que se producen con crisis económicas o financieras”, y siendo el interés último “que no tengamos cifras inasumibles de desempleo que se zanjen en la crisis financiera como ocurrió en la crisis del año 2008”.

Tras la absorción de Bankia por CaixaBank, el Gobierno ha pasado a controlar el 16% del capital de la entidad a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que cuenta con un asiento en el consejo de administración, lo que le permitiría influir en las decisiones que adopte la entidad. Por esto mismo, Montero ha precisado que en la reestructuración del sector bancario no todos los ajustes tienen que ver con la situación pandémica, siendo algunos previos a la misma y que estaban pendientes de completar.

Asimismo, ha apuntado que el Gobierno va a “intentar contribuir con mecanismo, con herramientas para que las empresas no se vean obligadas a estos despidos” y buscando “minimizar las pérdidas de empleo”. “Es evidente que tenemos que acompañar estos procesos de reestructuración porque si no se hubiera producido la fusión entre CaixaBank y Bankia seguro que estaríamos asistiendo a un expediente muy superior al que tenemos por delante”, ha agregado.

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