Han perdido la oportunidad de aprovechar el actual agobio para abordar una reforma fiscal de calado
Lo relevante es que todos los ciudadanos pagarán el 2010 más impuestos que el año anterior. El reparto de esa factura adicional es general aunque será desigual, algunos pagarán más que otros, pero todos van a pagar más que antes.
Las explicaciones de la vicepresidenta Salgado han sido prolijas pero no suficientes para un análisis de detalle.
La vicepresidenta, que ha insistido en que España es uno de los países europeos con menor recaudación de IVA sobre el PIB, ha explicado que el IVA de carácter general subirá del 16% actual al 18 % a partir del 1 de junio de 2010, mientras que el IVA reducido subirá del 7 al 8% y el IVA súper reducido, el que se aplica a los alimentos básicos, se mantendrá en el 4%.
Significativo, por lo acido y por lo que entraña de critica a Zapatero, es lo que escribe el ex ministro Jordi Sevilla en su blog:
«Al final resulta que ni los ricos van a pagar más impuestos ni la subida impositiva financiará nuevo gasto público. Despues de tanto ruido veraniego, idas y venidas, declaraciones y contradeclaraciones, al final se ha intentado contentar a todos y ha salido un frankestein.
Los ricos no van a pagar más porque el grueso de los mayores ingresos públicos procederán de medidas lineales, es decir, que se aplican a todos por igual: la supresión de los 400 euros, la subida del IVA (¿por que se aplaza a julio cuando puede que entonces empiecen a remontar las precios del consumo haciendo la subida más gravosa?) y 6 euros al año más para el 90% de las plusvalías que se declaran.
Junto a eso, un retoque a la baja del impuesto de sociedades y uno no se explica que han hecho en Hacienda tantos meses estudiando y poniéndolo todo en cuestión, para acabar en esto».
BROCHA GORDA
Por lo que refiere al presupuesto y a brocha gorda se anuncia una reducción de gastos sobre el gasto real del año 2009 del orden del 4%, que no es un esfuerzo de austeridad acorde con la gravedad del momento.
La rigidez del gasto supone que para ajustes superiores haya que proceder a reformas de fondo, algo que no está en el diccionario del Presidente.
Las novedades están en la presión fiscal, en las subidas de impuestos.
El Gobierno ZP ha cuadrado el círculo de la búsqueda de ingresos con las dos figuras tributarias previstas:
- Primera, aumento del IVA de dos puntos en el tipo general y uno en el reducido con efecto a partir del segundo semestre.
- Segunda, aumento del tipo de renta de capitales de tres puntos, del 18 al 21%, con una excepción de los 6.000 primeros euros de renta a los que se aplica un 19%.
- Como no dijo nada se supone que sigue la exención de los primeros 1.500 euros de retas de capital.
- Y como novedad el recorte de cinco puntos en sociedades y renta para PYMES y autónomos que mantengan el empleo.
No estamos ante una reforma fiscal, solo retoques al alza de impuestos que presentan un perfil de tipos algo inferiores a la media de la Unión Europea.
Zapatero y los socialistas han perdido la oportunidad de aprovechar el actual agobio para abordar una reforma fiscal de calado, pero ni tiene proyecto, ni voluntad, ni fortaleza política para semejante viaje.