¡Qué dato tan elocuente! : se penaliza el ahorro para alimentar la burocracia.
El principal reproche que se puede hacer a las previsiones del Gobierno Zapatero es que son irreales desde el punto de vista de los ingresos.
El proyecto de Presupuestos del Estado para el año que viene es -además de irreal- pernicioso para España. Es imposible creer que los ingresos por IRPF vayan a crecer un 7% por encima de lo recaudado este año y no digamos que la tributación por IVA vaya a subir un 26%.
Máxime cuando el Gobierno prevé una caída del empleo del 1,7% (unos 300.000 parados más) y un crecimiento negativo del 0,3% del PIB.
Según los datos presentados este martes por el Gobierno socialista, la subida de impuestos va a reportar el año próximo unos ingresos adicionales de 11.000 millones de euros que deberían permitir cerrar el ejercicio con un 5,4% de déficit de la Administración Central del Estado, la mitad del previsto para 2009.
Zapatero había dicho que la subida del IVA sería «temporal», pero la ministra Elena Salgado afirmó ayer que será permanente porque así lo requiere la situación de las cuentas públicas.
Salgado afirmó también que el Gobierno ha hecho un esfuerzo de contención del gasto y de reducción del déficit en estos Presupuestos, pero las cifras indican lo contrario.
Las previsiones del Gobierno no son creíbles porque los ingresos van a ser menores de lo que se contempla y porque, además, va aumentar el gasto del Estado en términos reales a pesar del ejercicio de contabilidad creativa que hace el Ejecutivo en este proyecto.
Por ejemplo, los sueldos de los funcionarios y los gastos de personal de la Administración subirán un 2,7%. Ello supone una suma adicional de 800 millones de euros, que equivale a lo que Hacienda va a ingresar por el incremento en la fiscalidad de las rentas de capital.
¡Qué dato tan elocuente! : se penaliza el ahorro para alimentar la burocracia.
El mayor incremento del gasto se produce en las transferencias a las comunidades autónomas, que ascenderán a 53.600 millones de euros, lo que supone un aumento del 10,8%.
Ello se debe al nuevo sistema de financiación por el que comunidades como Cataluña y Andalucía salen bastante más favorecidas que el resto.
Como consecuencia de la elevación de la Deuda, los gastos financieros del Estado aumentan en un 33%, un porcentaje sin precedentes en tan solo un ejercicio.
Zapatero argumentó hace unos días que el peso de la Deuda respecto al PIB es inferior al de los países de nuestro entorno.
Es cierto, pero ningún país ha pasado del 36% en 2007 al 62% que se prevé para finales de 2010. Dicho con otras palabras, el incremento del endeudamiento ha sido brutal.
Todo ello pone en evidencia que estamos ante unos Presupuestos que no sólo no van a contribuir a la recuperación de la economía española sino que van a suponer un lastre para la inversión y el consumo privado.
En concreto, el Gobierno calcula que la inversión caerá un 4,7% el año que viene, porcentaje que se sumará al 14% de descenso en 2009, lo cual constituye la mejor fotografía de la situación de nuestra economía.
El proyecto presentado este martes demuestra la impotencia del Gobierno para hacer frente a una crisis que se le ha escapado de las manos y cuya única esperanza es que EEUU y la UE tiren del carro para que nosotros podamos salir del atasco.