Tras cinco trimestres consecutivos de caída del PIB, la central comunitaria de estadística anuncia que la economía de la Unión creció un 0,2% en el tercer trimestre en el conjunto de los Veintisiete y un 0,4% en los 16 países de la eurozona
Mientras Francia y Alemania ofrecen claros síntomas de recuperación económica, España sigue viajando en el furgón de cola de los países europeos, sin que sea posible percibir la existencia de luz al final del túnel.
Mal que le pese al Gobierno español, las trayectorias de salida de la recesión de España y Europa son divergentes. Es un hecho confirmado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y Eurostat en el tercer trimestre de este año.
En ese periodo, el crecimiento intertrimestral en la zona euro fue positivo (0,4%) por primera vez después de cinco trimestres.
Alemania confirmó que ha encontrado una senda de crecimiento sostenido (0,7%), igual que Francia (0,3%) e incluso Italia (0,6%).
En cambio, la economía española se encuentra todavía en plena fase recesiva.
Por sexto trimestre consecutivo, la variación intertrimestral fue negativa (-0,3%) y en tasa interanual fue del -4,0%.
Europa ya no está en recesión, mientras que España tendrá que sufrir todavía al menos dos trimestres críticos antes de contabilizar tasas intertrimestrales positivas.
EL PALO DE «EL PAÍS»
Afirma tajante el diario El País, en un editorial titulado «Lejos de Europa«, que el Gobierno Zapatero ya no tiene fundamento para defender que la economía española se recuperará al mismo tiempo que Europa.
La divergencia entre España y Europa se explica principalmente por la crisis inmobiliaria española, que ha suprimido casi de raíz uno de los motores de la actividad desde 1997 y ha destruido más de 1,5 millones de empleos.
Ahora se comprueba lo justificadas que estaban las advertencias contra la burbuja inmobiliaria y el débil patrón de crecimiento que el exceso de endeudamiento inmobiliario estaba contribuyendo a formar.
Las diferencias pueden aumentar en el último trimestre. El consenso de los economistas señala una nueva caída, similar a la de julio-septiembre.
La recuperación adelantada de Europa respecto a España tendrá dos consecuencias: la primera, que contribuirá a aumentar la demanda, a través de las exportaciones y la mejora competitiva que supone la transitoria desinflación española.
¿EN QUÉ CONFÍA ZAPATERO?
Éste es el factor en el que confía el Gobierno Zapatero para apuntar cualquier indicio de reactivación en 2010. Pero, por el contrario, favorecerá en segundo lugar la retirada de los estímulos monetarios del Banco Central Europeo (BCE).
Si esa retirada se produce antes de que cajas y bancos hayan terminado sus ajustes, el efecto sobre la actividad económica será devastador.
No hay muchos argumentos para el optimismo. El equipo económico se ha agarrado al clavo ardiendo de que las estadísticas del último trimestre han sido mejores que los avances publicados por el Banco de España.
Estas mejoras relativas, en cualquier caso de matiz, le han parecido suficientes a la vicepresidenta Elena Salgado para amagar con un nuevo retorno al optimismo.
«El cuadro macroeconómico del Ejecutivo se va cumpliendo y se pueden esperar mejores resultados en próximos trimestres», aseguró el jueves.
Aunque se pronuncie en términos tan discretos, su optimismo no es contagioso.
Es natural que la caída de la actividad, como tendencia, sea menos pronunciada.
UN GOBIERNO DESENFOCADO
Pero medir la salida de la recesión sólo por el indicador de crecimiento desenfoca la percepción del principal problema de la crisis española hoy, que es la destrucción de empleo y, en consecuencia, la expectativa de que el paro se mantenga en tasas muy altas durante los próximos cinco trimestres.
Lo que diferencia la recesión española de las del resto de Europa es el hundimiento del empleo.
Como subraya ABC en su editorial -«A la cola de Europa«- los Presupuestos Generales del Estado -aprobados a base de maniobras parlamentarias- pueden suponer un golpe definitivo para las expectativas de recuperación a lo largo de 2010:
«Mientras tanto, Zapatero prefiere mirar para otro lado, en busca de un «milagro» que nunca llegará si el Gobierno sigue siendo incapaz de ofrecer confianza a la sociedad española».
No es ABC el único que da palos a Zapatero. El diario El País, buque insignia de un grupo como PRISA, que ha sido y sigue siendo el principal soporte mediático del PSOE, asegura que las interpretaciones complacientes de la última EPA están equivocadas porque la contención del paro sólo se consigue a costa del descenso de la población activa -el efecto desánimo- y la destrucción de empleo ya empieza a afectar a la contratación fija.
«El Gobierno socialista debería asimilar rápidamente dos certezas. Una, que la persistencia de la recesión nos deja como los enfermos de Europa. Dos, que urge introducir mejoras en la contratación para taponar la hemorragia del empleo. No es momento de sugerencias ni de globos sonda».