La agresiva financiación hipotecaria de los últimos años por parte de las cajas es una de las causas
El fantasma de la morosidad se está convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza para múltiples entidades. Sobre todo cajas.
Casi una cuarta parte de las 45 entidades de ahorros existentes en España ha visto cómo la financiación con problemas de cobro representa un 5% o supera de largo esa barrera, engullendo resultados, las provisiones acumuladas en épocas de bonanza, amenaza al presupuesto de Obra Social y pone contra las cuerdas, forzándoles en no pocos casos a una integración con otras mejor situadas para sobrevivir a la virulenta crisis.
INFORME DEL BANCO DE ESPAÑA
Según informa La Gaceta en un artículo titulado «La cuarta parte del las cajas rebasa el 5% de morosidad», el Banco de España desvelaba hace escasos días el mapa del problema. En su Informe de Estabilidad Financiera [ver adjunto] descubría, sin ofrecer nombres, que dos entidades financieras tienen una exposición muy superior al 40% al sector promotor y constructor, hoy en claro colapso, en el conjunto de su crédito, y con morosidades que exceden el 5%.
En otras cuatro, con morosidades entre el 5 y 7%, el ladrillo supera el 30%. Y cinco más rebasan el 7%, aunque el peso constructor en las tuberías de la financiación es algo más liviano: del 15 al 35%.
LAS CAUSAS DE LA MOROSIDAD
- La agresiva financiación hipotecaria de los últimos años por parte de las cajas
- Su extrecha vinculación con la industria de regional —muchas ligadas a la construcción en pleno boom inmobiliario.
- Su implicación, en algunos casos, en proyectos poco rentables, les colocan debajo del foco del mapa de riesgo dibujado por el Banco de España.
El problema con mayúscula es que múltiples compañías del ladrillo están altamente sobreendeudadas y los indicios de una recuperación del mercado son inexistentes.
La economía en recesión, el miedo a engrosar la lista interminable del paro y la convicción de que el precio de la vivienda no ha tocado suelo, pospone la compra de pisos en perjuicio de un sector ahogado en créditos. Y el último sufrir es el banco y la caja.