Los trabajadores de Marsans ven «difícil» el cobro de las nóminas de mayo debido a que la actividad de la compañía es «prácticamente nula» y genera «escasos ingresos», lo que podría retrasar el pago durante varias semanas, «en la tónica de los últimos dos meses».
Fuentes sindicales explicaron este miércoles a Europa Press que, sin embargo, la dirección de la compañía les ha asegurado que acabarán recibiendo los salarios, posiblemente a través de la venta de diversos activos de Marsans que la presidencia está negociando.
Otro de los factores que podrían facilitar el pago de las nóminas es la reducción de la plantilla, con el consiguiente recorte de la masa salarial, después de que «entre 600 y 700 trabajadores» hayan abandonado Marsans por propia voluntad a lo largo del último mes para trabajar en otras compañías.
Según estas mismas fuentes, la escasa actividad del grupo turístico pese a la cercanía del verano se debe a que «casi el 100%» de las proveedores han dejado de trabajar con él, lo que ha llevado a los sindicatos a solicitar a la dirección que, de manera temporal, se cese la actividad de las oficinas durante los sábados.
La difícil situación del grupo podría llevar a los sindicatos a plantear «varias acciones de protesta» a lo largo del próximo mes de junio, aunque por el momento no se ha concretado ni la fecha exacta ni la naturaleza de las mismas.
En torno a 1.000 trabajadores del grupo se manifestaron el pasado sábado en Madrid para denunciar la «gravísima» situación que atraviesa la empresa, que pone en peligro 4.000 puestos de trabajo, y exigieron un plan de viabilidad inmediato que, de no concretarse, podría desembocar en una «radicalización» de sus posturas, sin descartar la huelga.
PROBLEMAS DE LIQUIDEZ.
La mala situación económica y la falta de liquidez en el grupo ya afectó al pago de las nóminas de la plantilla en abril, que no pudo completarse al 100% hasta prácticamente mediados de mes.
Marsans tampoco ha abonado aún el pago correspondiente a las ventas realizadas en abril a través del sistema BSP –banco que se encarga de pagar los billetes aéreos–, que asciende a cinco millones de euros, según confirmaron fuentes de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) a Europa Press.
La situación ha llevado a los dueños de la compañía, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, a buscar posibles inversores que puedan inyectar capital en Marsans para reactivar su actividad, sin que por el momento haya fructificado ninguna operación.
Fuentes de los trabajadores indicaron que, según les han transmitido desde la compañía, todavía «hay posible compradores» con quienes se está negociando, aunque no se conocen más detalles por la «cautela» con que afrontan esta operación.
